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Esquerra lo fía todo al voto anti PP

FERRAN CASAS

Esquerra intenta reproducir el escenario de las generales de 2004, cuando un Carod recién expulsado del tripartito por reunirse con ETA en Perpinyà rompió la bipolarización Zapatero-Rajoy y presentó el voto a su partido como el que más dolía al PP de la mayoría absoluta. Por esa senda consiguieron 650.000 votos y ocho escaños, sus mejores registros desde la Segunda República. Ahora el escenario es otro y ha regresado cierta normalidad, la que presenta las elecciones españolas como su cita más ardua.

Por eso ayer siguieron reivindicando su porción en la tarta del voto útil. Esquerra, subida al carro de los que dan por hecha la victoria de Zapatero casi por mayoría absoluta, pide preservar su fuerza para 'parar los pies' al futuro presidente. Y, como quedó dicho ayer en Lleida, lo quieren hacer a costa del PP, con quien entienden que se juegan un diputado por esa circunscripción y otro por Girona.

Motivar a su electorado

Un hecho cierto en Girona, donde una leve subida del PP le entregaría el segundo escaño de ERC, pero más discutible en Lleida. Allí los cuatro partidos del baile (PSC, CiU, ERC y PP) se juegan dos de los cuatro escaños. Socialistas y nacionalistas cuentan con uno seguro.

Con el objetivo de llevar el agua a su molino y bipolarizar la situación entre Esquerra y el PP para motivar al electorado independentista, la plana mayor del partido puso en Lleida toda la carne en el asador.
La lista de Joan Ridao ha protagonizado una campaña impoluta, sin contradicciones en el mensaje entre líderes ni resbalones. Pero han acusado un despliegue de medios escaso y dificultades para que sus propuestas marcaran la agenda, al contrario de lo que le pasó a Carod en el 2004.

Movilizar el voto independentista ha sido el gran objetivo. Han apelado a él un día y otro con el 2014, los frentes nacionales en Madrid, el catalán en el Congreso o la monarquía. Lo han hecho a riesgo de ahuyentar a los moderados, satisfechos con el tripartito.

Trampolín institucional

Ridao, que ha incluido sobre la marcha algún ajuste en lo referido a las apariciones de Carod y Puigcercós, ha desestimado hacer bandera del rol de Esquerra como defensora de los intereses del gobierno catalán en Madrid. Y es que Montilla no moviliza a los duros.

Los dirigentes de ERC se han hecho visibles en las grandes ciudades, donde más voto perdieron en las municipales. Pero en aquellos comicios también obtuvieron mayores cotas de poder en zonas rurales. Una posición de fuerza institucional que esperan ver convertida en trampolín para consolidar su grupo en las Cortes.

Retenerlo será un galimatías jurídico. El reglamento del Congreso fija para ellos el listón en el 15% de voto en Catalunya para crearlo. Parece lejano y todo estará, entonces, en manos de la lectura que de él haga la mesa del Congreso. De ahí la particular campaña para que José Bono no lo presida.

El domingo seis diputados serían un éxito y cuatro un fracaso tanto para Carod como para Puigcercós, que ya se miran de reojo con la mente en el congreso de ERC en otoño, que dirimirá liderazgos.

EL GESTO

Esquerra buscó y consiguió impacto en Lleida improvisando un reparto de propaganda especial. Hasta allí llegaron para pasearse de doce a una por el eje comercial Joan Ridao y Jordi Ausàs. Les acompañaban el comité de campaña además del vicepresident Carod, los consellers de Gobernación y Cultura, Puigcercós y Tresserras, el delegado de la Generalitat Miquel Pueyo, el presidente de la Diputación Jaume Gilabert y la dirección regional. Se cruzaron con el alcalde Àngel Ros (PSC) y la cabeza de cartel de CiU.

APELACIÓN

Ausàs, alcalde de la Seu y candidato al Congreso, afirmó que Lleida es 'más importante que nunca para el catalanismo' porque puede evitar 'que le derecha más extrema saque la cabeza'. Ridao apuntilló que su partido 'es de casa, de confianza y larga trayectoria catalanista'.

LA REACCIÓN

Los independentistas repartían un folleto con el lema 'Lleida decide: ERC o PP?'. Un joven que lo recibió de Carod se preguntó si no había 'nada en medio', pero la mayoría de transeúntes mostraban sorpresa y simpatía ante tal despliegue para reforzar la imagen de ERC como opción de mayorías en la demarcación.

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