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El euskara avanza en el ámbito público y retrocede en el privado

La Euskaltzaindia subraya que mientras crece su uso en la calle desciende en el hogar

GUILLERMO MALAINA

Hoy en día resulta prácticamente imposible en el País Vasco y en Navarra encontrar a un solo ciudadano que no sepa hablar en español. La situación del euskara, en cambio, es bien distinta, pues la mayor parte de la población no lo conoce lo suficiente para mantener una conversación, sobre todo en la Comunidad foral.


Según la última Encuesta Sociolingüística del Gobierno vasco en los “territorios del euskara” –incluye el País Vasco francés–, en la comunidad vasca el 30% de la población mayor de 15 años es bilingüe, el 18,3% es bilingüe pasiva (capaz de entender el euskara, pero no de hablarlo) y el 51,5% lo desconoce.


En Navarra, los porcentajes son menos favorables: el 11,1% de los habitantes mayores de 15 años es bilingüe, el 7,6% es bilingüe pasivo y el  81,3 % de la población ni habla ni entiende el euskara.


Los datos aun así reflejan una ligera mejoría respecto al primer estudio, de 1991, ya que el número de bilingües ha aumentado en el País Vasco (6%) y, algo menos, en Navarra (1,6%). Se da la circunstancia de que la recuperación del euskara estos años ha avanzado más en los territorios donde la política lingüística de la administración ha sido más sensible. La prueba más negativa es el País Vasco francés, donde esta lengua ni siquiera es oficial y el número de vascoparlantes cae año tras año.


Otra cuestión que preocupa es el uso del euskara, ya que este no aumenta de forma pareja al incremento de vascoparlantes. Se trata de un fenómeno que se da sobre todo entre los jóvenes de 16 a 24 años.


El presidente de Euskaltzaindia (Real Academia de la Lengua Vasca), Andrés Urrutia, cree necesaria una reflexión. “Se ve en la gente joven, que en clase estudia y habla en euskara y al salir del aula empieza a hablar en castellano. Además, se ve que en general el euskara se habla más en la calle, pero luego en casa cada vez se usa menos”.


Según Urrutia, este fenómeno se registra en los últimos diez años, justo cuando el euskara tiene una mayor presencia en los medios de comunicación y la Administración. “Se ve que no todo es que el euskara aparezca en los boletines oficiales. Hay que motivar su uso, las ganas, y que la gente goce al hablarlo”, dice.

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