La Fape reitera su oposición a los anuncios de relax

La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (Fape), que representa a más de 20.000 profesionales, ha instado al Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad a que se comprometa a tomar medidas contra la inclusión de anuncios de prostitución en la prensa.

En concreto, la Fape ha solicitado que no se incluya publicidad institucional en aquellos medios que se lucren con las páginas de contactos que "convierten a la mujer en mercancía". Así lo ha manifestado la presidenta de la federación, Elsa González, en una jornada sobre prostitución y medios que ha tenido lugar esta semana en Sevilla.

No obstante, González ha reconocido las dificultades para prohibir este tipo de publicidad que genera unos ingresos para la prensa de unos 40 millones al año. El Consejo de Estado aconsejó el pasado marzo crear una norma con rango de ley para erradicar estos anuncios. La propuesta llegó a ser debatida en el Congreso, pero, a pesar del consenso acordado entre los grupos parlamentarios, la ley no pudo llegar a aprobarse debido al adelanto electoral. Aun así, la secretaria de Estado de Igualdad, Laura Seara, aseguró recientemente a este diario que seguirá trabajando por conseguir esta norma que considera "imprescindible".

González también ha criticado a los editores que "favorecen y negocian con la explotación sexual". "Estos anuncios suponen un deterioro de la imagen de los medios, nos señalan como una rareza en Europa, limitan la difusión de la prensa en las aulas y entorpecen el periodismo ético", ha continuado la presidenta.

La Asociación de Editores de Periódicos Españoles, por su parte, ratificó la semana pasada su defensa de "la libertad publicitaria", aunque se comprometió a establecer un nuevo código de autorregulación al respecto.

"¿Dónde está la credibilidad de los medios que incluyen una publicidad que debe sonrojarnos?", se ha preguntado también González. "Se abolió la esclavitud y no hemos abolido los anuncios que garantizan su existencia en pleno siglo XXI", ha concluido.