Este artículo se publicó hace 14 años.
Garzón lamenta que no se debata sobre los crímenes del franquismo
En una entrevista con diario portugués, atribuye su suspensión a "razones ideológicas".
El juez Baltasar Garzón lamenta que en España no se debata sobre los crímenes del franquismo, en contraste con lo que ocurre en Alemania, donde "por lo menos hay una discusión" sobre el genocidio cometido por el régimen nazi.
En una entrevista publicada este lunes por el periódico portugués Público, Garzón subraya que existen "millares de víctimas y familias que todavía no pudieron dar sepultura a sus seres queridos", por lo que consideró que "era necesario" abrir una causa sobre esta cuestión.
"En España hubo una transición, pero nunca se debatió la cuestión de los desaparecidos del franquismo, y hay mucha gente que no quiere que se investigue, ya que creen que estamos bien como estamos", explicó el magistrado,
En su opinión, quienes defienden esta postura no tienen en cuenta la perspectiva de los familiares de las víctimas y temen que la investigación "abra fracturas en la sociedad".
"Pero España es ya una democracia consolidada; en 1975 o en 1976 podía ser complicado, pero hoy no", resalta Garzón, quien acudió este fin de semana a Portugal con motivo del homenaje que el Festival de Cine de Estoril le rinde este año con la proyección de varias películas y documentales relacionados con su trabajo.
"En 1975 o en 1976 podía ser complicado hablar de franquismo, pero hoy no"
Garzón descarta que su suspensión se deba al temor de algunas personas a ser todavía incriminadas por estos delitos cometidos durante la dictadura franquista, y la atribuye, más bien, a "razones ideológicas".
"Hacer una investigación en un clima hostil es más complicado; cuando los medios de comunicación explican a las personas lo que está en juego, hay más comprensión y cooperación para investigaciones como ésta", destacó.
Apoyo de la ONUEl magistrado español recordó que el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas apuesta por investigar los crímenes de la época del franquismo y la desaparición de entre 20.000 y 30.000 niños entre 1937 y 1951, pese a que el Consejo General del Poder Judicial considerara que estos delitos están protegidos por la Ley de Amnistía de 1977.
"Hay un consenso mundial, desde el punto de vista de los tribunales internacionales, en que las normas de impunidad tienen que desaparecer, y son los jueces los que deben interpretar esas leyes de amnistía de manera independiente, sin estar sujetos a la coerción política", insistió.
Sobre el juez español, quien trabaja actualmente como consultor externo para la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional (TPI), pesa una suspensión cautelar de sus funciones en la Audiencia Nacional desde mayo, cuando el Supremo le abrió juicio oral por declararse competente para investigar los crímenes del franquismo .
El juez Garzón se enfrenta, además, a otras dos querellas, una por prevaricación y delito contra la intimidad en el marco de su investigación a la red de corrupción Gürtel, y otra por prevaricación y cohecho por financiar con dinero del Banco Santander unos cursos que organizó en Nueva York y archivar, posteriormente, una denuncia contra el presidente de la entidad, Emilio Botín.
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