El Tribunal Supremo ha archivado la querella por prevaricación que el terrorista islamista Mohamed Achraf, detenido en la operación Nova y condenado a 14 años de prisión por planear en 2004 un atentado con un camión-bomba contra la Audiencia Nacional, interpuso contra el juez Baltasar Garzón.

Achraf se querelló contra Garzón al entender que, siendo en esa fecha titular de uno de los Juzgados de la Audiencia Nacional y, por tanto, potencial objetivo del atentado, debería haberse abstenido de instruir la causa 'al estar amenazado de muerte (...), lo que le hizo no ser imparcial'.

En un auto notificado hoy, el Supremo dice que 'la repugnancia que un hecho delictivo puede suscitar en cualquier juez que interviene en un proceso en modo alguno se traduce de manera necesaria en aquel sentimiento de enemistad personal de las personas que se presentan como eventuales responsables del mismo'.

'Conforme a la propuesta de una egregia jurista, nada impide compatibilizar el odio al delito con el compadecimiento al delincuente', añade la resolución en referencia a la célebre frase de Concepción Arenal.

El alto tribunal dice también que 'el interés del juez que pueda aparecer como objetivo de una acción criminal' en el proceso que se abre para depurar las responsabilidades derivadas del mismo 'no cabe presumir que se inclina más a la atribución de responsabilidad a una persona que a la exclusión de aquella responsabilidad respecto de la misma'.

El Supremo considera, por tanto, que no se daba en Garzón ninguna de las causas de abstención previstas en la ley, por lo que acuerda no admitir a trámite la querella y ordena su archivo.

El ponente del auto es el magistrado Luciano Varela, el mismo que instruyó la causa abierta a Garzón por declararse competente para investigar los crímenes del franquismo y que también forma parte del tribunal que le juzgó por ordenar las escuchas del caso Gürtel.