Este artículo se publicó hace 16 años.
Garzón registra y cierra la sede histórica de ANV
Incautado en el local en Portugalete dinero para presos y panfletos contra el TAV
El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón dio ayer un nuevo golpe a ANV con la clausura de su histórica sede de Portugalete (Vizcaya), dentro de las diligencias abiertas tras suspender las actividades de esta formación abertzale, el pasado 8 de febrero, por un periodo de tres años.
Se trata de la segunda acción de Garzón contra ANV en menos de una semana, ya que el pasado miércoles ordenó encarcelar a la alcaldesa de Arrasate-Mondragón, Ino Galparsoro, bajo la acusación de haber quebrantado la suspensión de actividades y ser “la voz institucional” de ETA.
La operación contra el local de ANV, el único abierto al público, comenzó pasadas las 11 de la mañana, cuando en su interior tan sólo estaban el joven que lo regentaba y un cliente. En el registro, que concluyó tres horas después, la Policía se incautó de propaganda contra la ilegalización de esta formación, contra el proyecto del Tren de Alta Velocidad (TAV) y contra un gran centro comercial recién abierto en esta localidad. También encontró botes de pintura, huchas con fondos de apoyo a los presos y una bandera del partido.
Máxima presiónLa clausura de este local de ANV se produce en un momento de máxima presión contra la izquierda abertzale, tras el asesinato del ex edil socialista Isaías Carrasco a manos de ETA, el 7 de marzo, pero estaba anunciada ya antes. De hecho, en el auto notificado por Garzón el 8 de febrero para suspender las actividades de ANV por un periodo de tres años, ya se preveía la clausura por ese mismo periodo de tiempo “de las sedes” de esta formación abertzale.
El juez estaba al corriente de la actividad del local clausurado ayer desde hacía más de un año, aunque entonces tenía otra visión. En una resolución que dictó en abril de 2007 contra una petición ya de la asociación Dignidad y Justicia para suspender judicialmente a ANV, Garzón interpretaba que la sede era “un negocio de hostelería en el que se coloca propaganda de la IA [izquierda abertzale], pero no que está al servicio de ésta”, y estimaba además que tampoco servía para financiar “a estructuras ilegales”. “El hecho de tener una hucha con la pintura de Segi no es, en modo alguno, suficiente indicio”, sentenciaba.
“Estado de excepción”Así, esta clausura se interpreta ahora en la izquierda abertzale como otro “ataque” contra sus “derechos en un Estado de excepción”. Ayer, unos 30 simpatizantes de ANV –Portugalete tiene 48.000 habitantes– se situaron ante la Policía con una pancarta con el lema en euskara No nos callaréis. Independencia. La Ertzaintza identificó a dos.
Los congregados gritaron consignas contra el PSOE y la Policía [“Vosotros sois los fascistas”] y a favor del partido abertzale [“ANV, adelante”], pero el momento de mayor tensión se vivió al final, cuando los agentes arrinconaron a los concentrados para abrir paso a los vehículos con el material incautado.La izquierda abertzale emitió un comunicado en el que responsabilizaba de todo al PSOE: “Está inmerso en un delirio represivo hasta el punto de hacer acusaciones jurídicas sin pies ni cabeza”. El portavoz socialista en el Congreso, José Antonio Alonso, afirmó que el PSOE ha sido “muy claro” en la necesidad de “mantener la máxima presión política” para echar a ANV de los ayuntamientos con “mociones de censura; esperamos que sean apoyadas por todos los grupos democráticos”.
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