La respuesta del Gobierno a la profundísima desazón ciudadana, y que ayer tuvo una más de sus muestras en las calles, en el movimiento 25-S, es un ofrecimiento al principal partido de la oposición de una tentativa de diálogo. Sin esbozar cómo ni apuntar en qué. Una apelación más a la 'responsabilidad' que en otras ocasiones ha dirigido el Gabinete de Mariano Rajoy al PSOE. 

Este miércoles, en la sesión de control en el Congreso, no estuvo el presidente, de viaje en Nueva York, así que Soraya Sáenz de Santamaría capitaneaba la réplica a la portavoz socialista. Tras criticar el estilo de oposición 'facilona' de Alfredo Pérez Rubalcaba, tras reseñar –por enésima vez– que el Gobierno ha impulsado un sinnúmero de leyes y reformas, en España y en el seno de la Unión Europea, calzó su mensaje: 'Puede reírse todo lo que quiera esta mañana –le espetó a Soraya Rodríguez–, pero a los ciudadanos les gustaría que ustedes y nosotros nos coordináramos en asuntos de Estado, en los asuntos de Estado que están encima de la mesa. Es una pena que usted no haya sabido verlo. Espero que su partido y su grupo parlamentario sepa hacerlo, por el bien de todos los españoles, y por el bien suyo también'. 

Desde luego, la petición de una oposición responsable al PSOE no es nueva en la vicepresidenta. Pero hoy sí adquiere especial sentido tras las dos noticias que marcaron el día de ayer: las movilizaciones de Rodea el Congreso –que el Gobierno desacreditó, no obstante, por 'violentas'– y la tensión con Catalunya, máxima ahora que el president de la Generalitat, Artur Mas, anunciara un adelanto de las elecciones autonómicas al 25 de noviembre. Convocatoria en la que se juega a cara a cruz el soberanismo y el encaje de Catalunya con España. 

'Si vaciamos el Parlamento, corremos el riesgo de que otros quieran ocuparlo', advierte Soraya Rodríguez

Rodríguez había apuntado hacia un lugar común en sus últimas sesiones de control: la coordinación del Ejecutivo. Esta semana, la actualidad sirvió un nuevo ejemplo de la 'insolvencia' de Sáenz de Santamaría en ese trabajo, según el PSOE: el lío a cuenta de la financiación autonómica, en la que han saltado a la vista las diferencias entre la postura de la vicepresidenta y las de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. 'Tiene la obligación de coordinar, de llenar el espacio legislativo, y no lo hace. No hay 56 leyes, sino 27 decretos de urgencia, como en las épocas preconstitucionales. Si no cumplimos con nuestra obligación, si vaciamos el espacio legislativo del Parlamento, si escapan a la labor de control, vaciamos este espacio, y corremos el riesgo de que otros quieran ocuparlo', advirtió la portavoz del PSOE.

A continuación, Rodríguez se refirió a las cosas 'que importan' a la vida de los ciudadanos: las pensiones. 'Le pido que conteste si las van a revalorizar conforme al IPC. Pronuncie la palabra IPC, señora vicepresidenta. ¿O lo va a unir a las palabras que el Gobierno no pronuncia? No rescate, no pronunciamos IPC y hablamos de subida de la vida. Diga la verdad hoy, conteste con valentía, para que cuando deje de estar en el escaño azul no recuerde lo que decía y tenga que ruborizarse o tenga que avergonzarse'. Sáenz de Santamaría no hizo ninguna aclaración al respecto. Comenzó reconociendo la situación 'difícil' que atraviesa el país –'Tanto que el secretario general de los socialistas habla de reforma constitucional, y usted me viene con su sarta de prioridades', se mofó– y glosando la pléyade de reformas llevadas a cabo por el Ejecutivo en sus nueve meses en el poder, 'afrontando de cara los problemas' que se le 'durmieron' al PSOE. De financiación autonómica, nada más allá de que los barones socialistas 'han alabado el clima de lealtad institucional' desplegado por el Gobierno en las reuniones preparatorias de la Conferencia de Presidentes de la próxima semana. Las pensiones ni las mentó. La confirmación definitiva vendrá a partir de mañana jueves, cuando el Ejecutivo presente sus Presupuestos Generales del Estado de 2013.