Este artículo se publicó hace 13 años.
El Gobierno y los partidos se indignan con las agresiones
"La democracia se puede perfeccionar, no sustituir", traza como línea roja Jáuregui
Los incidentes de Barcelona concitaron la indignación unánime de todos los partidos y del Gobierno. El Ejecutivo trazó, en un tono fronterizo con la advertencia, dos líneas rojas para acotar el territorio de lo inadmisible: la violencia y el cuestionamiento del sistema democrático. "La democracia se puede perfeccionar, pero no sustituir", proclamó el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui.
Es la línea matriz del discurso crítico que sintonizaron el resto de representantes políticos, desde Zapatero a Rajoy. El jefe del Ejecutivo despachó de forma evasiva su primera valoración, al creerse preguntado por el Movimiento 15-M, no por el cerco al Parlament. ¿Le preocupa?, preguntaron los periodistas. "No", contestó monosilábico, atravesando una confusa melé de cámaras y micrófonos. El presidente mantiene una posición "contraria a cualquier manifestación violenta que impida el ejercicio de derechos, venga de donde venga", se apresuró inmediatamente a aclarar su entorno para deshacermalentendidos. Por la tarde, el presidente llamó por teléfono a Artur Mas para mostrarle todo su apoyo.
Zapatero telefoneó a Artur Mas para mostrarle el apoyo del Ejecutivo
"La prudencia es una muy buena virtud, pero no puede convertirse en pasividad", avisó a un tiempo al Ejecutivo y a los manifestantes el líder del PP, Mariano Rajoy, en una declaración en la que no admitió preguntas. "Ningún demócrata puede amparar lo sucedido ya que la ley, los derechos individuales y la voluntad de la mayoría tienen que ser respetados" y "las autoridades tienen que garantizarlos", dijo Rajoy, enhebrando con su crítica a los gobiernos central y catalán.
Leyes y violenciaPresidente de un Congreso con la seguridad redoblada, José Bono instó a las Fuerzas de Seguridad a "ejercer la fuerza pública legítima para hacer respetar los derechos de todos". "Sea políticamente correcto o no, se interprete bien o mal, el único imperio en un Estado de derecho es la ley, y los indignados tienen que cumplirla", advirtió. Según recalcó Bono, la "impresión inicial de aquellas reuniones en la Puerta del Sol de gente bondadosa nada tiene que ver con quienes increpan, insultan o cometen un delito al impedir que los diputados entren a una sesión parlamentaria".
Bono insta a "ejercer la fuerza pública" para garantizar los derechos de todos
"No se pueden vulnerar las leyes con la violencia, porque hace perder la razón", completó la vicepresidenta del Congreso, Teresa Cunillera, del PSC, como Francesc Vallés, coordinador de los socialistas catalanes en la Cámara, que pidió la dimisión del conseller d'Interior, Felip Puig, por la actuación de los Mossos. El número dos del Grupo Popular, José Luis Ayllón, trasladó su "honda preocupación" por el acoso al Parlament. "No puede ser que unos pocos eviten el trabajo de aquellos que representan a todos", defendió.
El portavoz parlamentario del PNV, Josu Erkoreka, apeló a un "diálogo en términos civilizados, sin enfrentamientos ni alteraciones del orden público". "No se puede permitir que unos ciudadanos secuestren el Parlament", señaló desde CiU, Josep Antoni Duran i Lleida. "La presión física o la violencia no es aceptable", completó el portavoz del IU en el Congreso, Gaspar Llamazares.
La Defensora del Pueblo en funciones, María Luisa Cava de Llano, aseguró que "el 15-Mnació bien pero se desarrolló mal". "Al movimiento inicial y puro se adhirieron otras personas con otras intenciones totalmente distintas, por lo que se ha ido degenerando", explicó.
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