Este artículo se publicó hace 13 años.
González frena la cena con sus ministros por "divergencias"
Los invitados manejaban propuestas diferentes, que cuestionaban la dirección marcada por el PSOE
La reflexión sobre el futuro del PSOE tendrá que esperar. Al menos entre los exministros de los primeros gobiernos socialistas (1982-1996) que iban a reunirse anoche con Felipe González en un asador en Madrid. El expresidente suspendió la iniciativa después de comprobar las “divergencias” que existían sobre la finalidad del encuentro, según explicó a este diario uno de los invitados a la cita.
Con más de 30 comensales no sólo es difícil reflexionar –como apuntaba a este diario el martes otro de los convocados– sino también acordar los temas sobre los que se va a debatir. “Unos pensaban que era un encuentro entre viejos compañeros; otros, que era para hablar de política en general; otros querían plantear un aplazamiento del 38º Congreso e incluso los había que iban dispuestos a proponer la formación de una gestora en el partido”, detalló uno de los exministros.
Como si del juego de teléfono escacharrado se tratase, los motivos que impulsaron la reunión de los históricos del PSOE se fueron desvirtuando o enmarañándose entre llamada y llamada. Inicialmente se previó como una reunión para analizar “la situación del partido, por qué se han ido 4,3 millones de votantes y qué se puede hacer para recuperar la confianza de los ciudadanos”, recordaba uno de los invitados. Tras las dos últimas derrotas electorales, la mayoría de los socialistas –de todas las generaciones y corrientes– han visto la necesidad de hacer un profundo debate.
La confusa agenda de la reunión de históricos, sin embargo, generó cierto malestar entre algunos de los comensales, incluido el expresidente González, que optó por desconvocar a última hora de la mañana de hoy el encuentro. “Las últimas ideas sobre esa cena –la creación de una gestora y retrasar el congreso– son un dislate muy grande”, apuntó uno de los exdirigentes convocados, que recordó que hay un acuerdo alcanzado por el Comité Federal del PSOE y unas reglas de juego ya establecidas.
Unas líneas rojas que muchos de los invitados no estaban dispuestos a traspasar. Otros, sin embargo, sí eran partidarios de buscar la fórmula para retrasar el congreso.
Cancelación sine díeLas discrepancias, que convirtieron en “inoportuno el momento para celebrar el encuentro”, según explicó uno de los invitados, provocaron la cancelación, probablemente sine díe, de la reunión. De momento, no hay fecha para una nueva convocatoria. Y más de uno considera poco viable que se vuelva a producir una cena con los mismos comensales.
Como avanzaba este diario hoy, los exministros que habían sido citados constituían un colectivo muy heterogéneo. Entre ellos, estaba previsto que asistieran José Luis Corcuera, Carlos Solchaga, Rosa Conde, Javier Sáenz de Cosculluela, José María Maravall, Javier Solana y Tomás de la Quadra-Salcedo, entre otros.
Otra posibilidad es que se convoquen a partir de ahora reuniones con menos asistentes y que se busquen otros cauces “para aportar ideas, pero siempre respetando los procedimientos y las reglas” de las que se ha dotado el partido, señaló otro de los protagonistas, que subrayó que de esa cena no iban a salir recetas milagrosas para solucionar la situación en seis meses.
En pleno proceso de preparación del 38º Congreso, el encuentro de históricos socialistas incomodaba a la dirección del PSOE, que ahora trabaja en ultimar la ponencia marco que tiene que estar lista el próximo 8 de enero. Principalmente porque coincide con el debate sucesorio en el que se prevé que presenten su candidatura a la Secretaría General Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón, si bien ninguno de los dos ha dado el paso. El primero de ellos está muy vinculado a varios de los exministros convocados. “Esa reunión no favorece nada a Rubalcaba”, valoraba uno de los dirigentes del PSOE.
Libertad de reunión de todosEn algunos círculos socialistas, apartados de los centros de decisiones, advierten que “todos tienen derecho a opinar sean de la generación que sean”. También así lo ven algunos en la dirección del partido. Sin embargo, eso no significa tener carta blanca para plantear hipótesis que superen las reglas de las que se ha dotado el PSOE.
Uno de los portavoces de Izquierda Socialista –la corriente alternativa dentro del PSOE–, el exdiputado Juan Antonio Barrio de Penagos, calificó de “bobada” la posibilidad de constituir una gestora o alterar lo acordado en el Comité Federal del 26 de noviembre. “En febrero, habrá nuevo secretario general y nueva ejecutiva. Que eso sea un cierre en falso o no, el tiempo lo dirá”, señaló. Y dependerá, recordó, de diversos factores, como los resultados de las elecciones andaluzas.
Tanto la dirección del PSOE como algunos históricos del partido coinciden en que el proyecto “es lo primero”. Y de nombres, apuntan, nada hasta después del debate de investidura.
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