Este artículo se publicó hace 16 años.
Guerra "sin cuartel" contra la violencia de género
Zapatero anuncia una Conferencia de Presidentes urgente para acordar un plan y pide a los vascos que no “den respiro” a ETA.
Gonzalo López Alba
"Para verlo en una pantalla ya lo vemos en casa por televisión". Como este se escucharon ayer muchos comentarios en el centro de convenciones de Barakaldo (Bilbao). Los socialistas eligieron para el acto principal de la campaña en el País Vasco un recinto con aforo para tan sólo unas 2.500 personas, menos de la mitad de los que acudieron a la cita.
Otros tantos siguieron el mitin en otra sala con pantalla de vídeo, pero al menos medio millar prefirieron volverse a casa, en muchos casos con notable enfado.Acusaciones "miserables"Enojo hasta la máxima indignación fue lo que exteriorizó sin morderse la lengua el secretario general del PSE, Patxi López, ante los intentos de los dirigentes del PP de "manchar nuestra dignidad" utilizando a las víctimas del terrorismo como ariete: "¿Quién iba a los funerales de los guardias civiles asesinados por ETA cuando ellos [los conservadores] estaban debajo de las piedras? No ganarán las elecciones porque no van a ganar los miserables, sino los dignos".
Sus palabras fueron acompañadas por una salva de aplausos ininterrumpida mientras mencionaba a la media docena de víctimas presentes en el acto -entre ellas Eduardo Madina, cabeza de lista al Congreso por Vizcaya- y pasaba las cuentas del rosario de socialistas asesinados por la banda terrorista.
También José Luis Rodríguez Zapatero dedicó el grueso de su intervención al terrorismo y la convivencia en el País Vasco, pero ayer dio prioridad en su discurso a la lucha contra otro terrorismo, el que el martes acabó con la vida de cuatro mujeres y ayer dejó gravemente herida a otra.
El otro terrorismo, el machista
El líder socialista declaró una "lucha sin cuartel" contra la violencia de género y anunció que, si gana las elecciones, convocará en la semana siguiente una Conferencia de Presidentes extraordinaria para acordar "un plan urgente". En primera fila asentían los presidentes de Catalunya, José Montilla; de Aragón, Marcelino Iglesias, y de Castilla-La Mancha, José María Barreda, que participaron por la mañana en un acto conjunto en Vitoria.
Zapatero reconoció que la Ley Integral contra la Violencia de Género aprobada hace cuatro años "es útil, pero no suficiente", y aseguró que "no pararé hasta terminar con esta lacra y este horror del machismo criminal".
Entre los socialistas vascos, "más orgulloso que nunca y que en ningún otro sitio de pertenecer a este partido", recuperó después el hilo que había extendido Patxi López. Zapatero reclamó el apoyo de "la mayoría de los vascos" para "tener la fuerza suficiente para acabar con ETA y que gane la libertad para siempre en el País Vasco", con el compromiso añadido de "tender puentes" para "fortalecer la convivencia".
El candidato socialista lanzó su arenga desde el presupuesto de que no contará para ello con el apoyo del PP, no al menos del que lidera Rajoy. "Pido el voto para una amplia mayoría para que no tengamos ningún riesgo de que pueda ganar el vale todo, el vale hasta usar el terrorismo sólo por la ciega y desnuda ambición de poder y por no haber sabido asumir una derrota hace cuatro años".
Si esto decía de los conservadores, también pidió achicar todo espacio a los proetarras: "Pido a la mayoría de los vascos que no den ningún amparo, la más mínima legitimidad, ni un respiro, a los violentos, tras comprobar que sólo saben hablar el lenguaje del dolor, de la bomba y de la muerte".
Posdebate y críticas internas
En el segundo día del posdebate televisivo, Zapatero reconoció haber recibido críticas de "algunos compañeros" por no haber sido "más duro cuando Rajoy me dijo lo de las víctimas". Pero si reconoció la existencia de esta crítica interna, como reveló ayer Público, no así el error: "No os equivoquéis. ¿Sabéis por qué vamos a ganar ampliamente? Porque no nos parecemos en nada a ellos".
Prefirió el candidato socialista incidir en "la hipocresía" del PP al presentarse como defensor de los currantes, cuando "le importan un rábano", o cuando "van a misa" y después niegan -según dijo- trato de "seres humanos" a los inmigrantes.
Zapatero también abundó en la contraposición de "mi orgullo por la tarea que hemos hecho, por haber puesto las bases para la mejor España, aunque queda mucho por hacer", con la actitud de Rajoy de "no querer recordar su etapa de Gobierno".
Ayer la noticia fue también que no hubo señales de vida de los funcionarios de Justicia que desde que comentó la campaña intentan romper sus mítines. En la calle sí protestaba un grupo de afectados por la estafa de Afinsa. Es lo que tiene el poder.
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