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El hermano de Carcaño pide anular las escuchas

La acusación particular alerta de que el fallo sobre el 'Cuco' crea 'disfunciones'

ÁNGEL MUNÁRRIZ

En contraste con la sobrecarga emocional del caso Marta del Castillo, la primera jornada del juicio contra los acusados de su desaparición, celebrada ayer en la Audiencia de Sevilla, se dedicó a fríos aspectos formales que a la postre pueden ser decisivos.

Antes de la apertura del juicio oral, en las cuestiones previas, el abogado de Francisco Delgado, hermano de Miguel Carcaño (el asesino confeso), pidió la nulidad de las escuchas telefónicas, sostén de la acusación de encubrimiento contra su cliente, que se enfrenta a ocho años de prisión.

'Deja pasar el tiempo, tranquilo que no te pueden enmierdar', le dice Francisco Javier a su hermano Miguel en uno de los pinchazos tras el 24 de enero de 2009, cuando Marta fue asesinada. En otro momento, cuando Carcaño se siente ya 'presionado', le anima: 'Tú aguanta'.

En uno de los pinchazos, Delgado calma a Miguel: 'No te pueden enmierdar'

Delgado está acusado de encubrimiento, amenazas (al Cuco) y delito contra la integridad moral de la familia de Marta por no revelar el paradero del cuerpo. Según su abogado, el juez instructor no citó a las defensas para oír las grabaciones, por lo que son nulas y la causa contra su cliente debe ser archivada al apoyarse sólo en un testimonio del Cuco no sometido a contradicción.

La defensa de la familia de Marta alertó de las 'disfunciones' que causa la existencia de una sentencia de un Juzgado de Menores que ofrece ya un relato de hechos y absuelve al Cuco de violación y asesinato, por lo que planteó una cuestión de inconstitucionalidad de la Ley del Menor.

La familia de la víctima ya hizo una solicitud similar durante el juicio al Cuco, sin éxito. Para resolver estas y otras cuestiones previas, el tribunal suspendió la sesión ayer a las 12.30, dos horas después de su inicio. Está previsto que hoy comunique sus conclusiones y escuche en la sala los pinchazos a los imputados.

La primera sesión se celebró en medio de un descomunal despliegue policial, análogo a la atención mediática. Carcaño, para el que el fiscal pide 52 años por violación y asesinato, entró y salió de los juzgados en un furgón policial.

El asesino confeso, rapado y con una cresta, no saludó a los otros acusados

A pie lo hicieron los otros tres: Delgado fue el único que cubrió toda su cara; a su lado entró María García, su pareja, para la que el fiscal pide cinco años por encubrimiento y delito moral; la misma pena por idénticos delitos afronta Samuel Benítez. Los tres fueron increpados a la salida de los juzgados por el gentío, al que Samuel respondió desde el taxi que lo recogió levantando el dedo corazón. Dentro de la sala, Carcaño, rapado y con una pequeña cresta, no saludó al resto de los acusados.

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