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La huelga general de ELA y LAB no logra paralizar Euskadi

Patxi López cree que la izquierda abertzale pretende hacerse ver como sea

GUILLERMO MALAINA

La primera huelga general convocada en la era de Patxi López por los sindicatos nacionalistas en el País Vasco y Navarra tuvo ayer una incidencia desigual por comarcas y sectores, pero estuvo lejos de paralizar ambas comunidades.

La protesta cosechó su mayor éxito en Guipúzcoa, donde fue secundada por el 50% de las plantillas en el transporte público, según datos del Gobierno vasco, pero en el resto de sectores y territorios el paro fue menor e, incluso, residual. En la sanidad vasca, sólo se sumó el 6% del personal. La jornada concluyó sin apenas incidentes y siete miembros de piquetes detenidos.

Estos son a grosso modo los datos sobre una huelga convocada en clave económica por ELA y LAB, junto a sindicatos sectoriales, pero cuestionada por los socialistas, el PP y el propio Ejecutivo vasco por su sesgo 'político' debido básicamente a dos razones. En primer lugar, por el hecho de que estuviera impulsada por ambas centrales nacionalistas, con el apoyo de EA, Aralar, Alternatiba -partido escindido de EB- y la izquierda abertzale ilegalizada.

Y en segundo lugar, por la coincidencia de que la protesta se produjera apenas tres semanas después de la investidura de Patxi López como lehendakari, sin que ni ELA ni LAB hayan aceptado su oferta de sentarse a negociar en la mesa de diálogo social.En este clima de desconfianza mutua, el lehendakari insistió ayer en que la huelga general había tenido 'motivaciones políticas' y permitido al 'abertzalismo radical' -en alusión a la izquierda abertzale ilegalizada- obtener 'una presencia pública y política que no estaba teniendo'.

'De hecho, ese mismo mundo del abertzalismo radical ha dicho que usaba la huelga para tener una presencia pública y política que no está teniendo. Estaban prácticamente desaparecidos', agregó. El presidente foral de Navarra, Miguel Sanz, también atribuyó a la protesta de los sindicatos nacionalistas un objetivo 'absolutamente político'.

Los sindicatos convocantes, en cambio, se mostraron víctimas de una 'manipulación', e insistieron en que su único propósito era denunciar la destrucción de empleo y que la propuesta de López es una receta del pasado. 'El diálogo social es dinero para dormir al sindicalismo', criticó el secretario general de ELA, Adolfo Muñoz.
En una comparecencia ya por la tarde, destacaron el 'éxito' del paro tras asegurar que fue superior al 70% de la plantilla en más de la mitad de las grandes industrias (unas 300). Sin embargo, más allá del paro, se felicitaron por las miles de personas que se manifestaron en Pamplona, Vitoria, San Sebastián y Bilbao. Esta última marcha fue la más concurrida. Tras la pancarta, con el lema en euskara Los trabajadores en lucha por un modelo económico y social justo, se situaron también Arnaldo Otegi y Rafa Díez Usabiaga.

Quema de contenedores
La Policía en Vitoria detuvo a dos personas por la quema de contenedores.

Sabotajes en trenes
Renfe sufrió cuatro sabotajes en sus líneas que afectaron a los trayectos Bilbao-Miranda del Ebro, Irun-San Sebastián, Santurtzi-Bilbao y Andoain-Villabona. Feve sufrió también un sabotaje entre Zalla y Balmaseda.

Enfrentamientos
El conato más grave entre la Ertzaintza y piquetes se produjo en la estación autobuses de Bilbao, donde 100 personas intentaron impedir el paso de vehículos. La Policía intervino en otros lugares hasta detener a siete personas.

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