Este artículo se publicó hace 16 años.
La Iglesia redobla sus presiones sobre los profesores de Religión
Los docentes denuncian que la Conferencia Episcopal examina su "moralidad"
Que la jerarquía eclesiástica vigila la vida personal de los profesores que imparten Religión no es ninguna novedad. Pero sí lo es que la Iglesia se haya decidido a poner negro sobre blanco los requisitos "morales", y por lo tanto privados, que debe reunir cualquier aspirante a enseñar esta materia en los centros públicos de España. Así lo denunciaron ayer los maestros asociados en la Federación Estatal de Profesores de Religión de Comunidades Autónomas (FEPER), que consideraron "discriminatorio" que se examine su conducta privada.
Para impartir Religión ya no basta con acreditar la formación pedagógica y teológica. Desde 2007, la Conferencia Episcopal impone a los maestros requisitos morales y de fe que atañen a su vida privada a través de la modificación de la Declaración Eclesiástica de Idoneidad (DEI), el certificado para poder dar la asignatura.
Docentes bautizados
La Iglesia quiere controlar que los profesores sean católicos. Para ello, les pide la partida de bautismo, pero algunos de ellos se resisten por considerarlo inaceptable. Según la nueva certificación, los obispos vigilarán que lleven una vida "basada en consideraciones de índole moral y religiosa".
El presidente de FEPER, Rafael Ramírez, consideró estos requisitos un "atropello" a la Ley de Ordenación de la Educación (LOE), que hace referencia a la formación académica, teológica y pedagógica que se debe requerir a los docentes, pero no a cuestiones morales.
Esta asociación de profesores exigió al Gobierno que "revise con total seriedad las relaciones del Estado con la Santa Sede" por entender que la Iglesia vulnera sus derechos humanos. No obstante, el Ejecutivo reconoció en una respuesta parlamentaria que la autoridad de la confesión religiosa es la competente para declarar la idoneidad de los maestros de la asignatura.
Catequismo o enseñanza
Además de esta potestad, la jerarquía eclesiástica se ampara en una sentencia del Tribunal Constitucional de febrero de 2007 que afectó a una maestra de Canarias a la que no renovó la plaza docente porque mantenía una relación afectiva con un hombre que no era su marido. FEPER cree que el Tribunal confundió docencia y fe en el fallo. Según el presidente de la asociación, enseñar Religión implica explicar cultura religiosa, pero "en ningún caso" es una catequesis del credo católico. "En los centros públicos no se puede adoctrinar. Eso lo pueden hacer las parroquias, pero en la escuela es inconstitucional", recordó.
La jerarquía eclesiástica ya presionó a los maestros de Murcia la pasada Navidad con una carta en la que les advertía: "Nunca olvidéis quién os elige, quién os llama, quién os manda y quien, si se diera el caso, os podría cesar: La Iglesia". Los docentes reivindicaron ayer su condición de "trabajadores públicos de un Estado aconfesional" y recordaron que la Administración es quien paga sus nóminas.
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