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Los indignados llegan a la playa

La caravana del 15-M alcanza la costa almeriense, la primera etapa de su recorrido veraniego

M. CRIADO

De Sol a la playa. La caravana de indignados que salió de la plaza madrileña el 1 de agosto en sus particulares vacaciones llegó ayer a la playa de El Zapillo, en Almería. Los bañistas, que al comenzar la tarde los observaba con indiferencia, acabaron por acercarse al centenar de movilizados a escuchar su mensaje, disfrazados de voley playa o castillos de arena reivindicativos.

'Cuando supimos lo de las cargas policiales en Madrid, estuvimos a punto de volvernos, dice Laura, miembro de Vac-acciones Madrid. Estaban aún en la provincia madrileña, en Chinchón, y sin embargo decidieron continuar hacia el Sur. 'Esto también es muy importante', añade. La idea de la caravana, formada por varios vehículos, es trasladar la experiencia madrileña. 'Pero también compartir las acciones que organizan los compañeros de cada sitio', aclara.

Los niños jugaron a invertir dinero público en un Monopoly

De hecho, Acampada Almería ha sido la que ha diseñado el conjunto de acciones que, bajo el nombre de Toma la Playa, pretende trasladar el espíritu del 15-M a los turistas y bañistas locales. 'Somos de un barrio de mar y había que hacer algo lúdico, pero manteniendo el mensaje', explica Pepa López, una ama de casa que, ya superada la cincuentena, es la portavoz de la asamblea popular de El Zapillo, la playa urbana de Almería. Se organizaron a finales de mayo y cada viernes se reúnen en el paseo marítimo para debatir. Este último fueron a recibir a los que venían de Madrid. 'Nos enteramos de que venían a Andalucía, invitados por el alcalde de Marinaleda (Sevilla), Juan Manuel Sánchez Gordillo, y nos pusimos en contacto', cuenta. Es un desvío de cerca de 500 kilómetros, pero ambos grupos dicen que ha merecido la pena.

Sobre la arena, los niños aprenden en una especie de Monopoly social a invertir el dinero público. Deben dedicar su dinero (de papel) a partidas como la tala de árboles o la investigación de enfermedades. 'Ellos deben decidir cuál es un buen político: el que acapara para sí o el que invierte socialmente', explica el maestro Jacinto Barragán, autor de la idea. También ha sido cosa suya una yincana para aprender algunos conceptos como especulación urbanística o burbuja inmobiliaria. 'Es la forma de que entiendan algunos de los argumentos', añade.

La idea es trasladar la experiencia de la Puerta del Sol fuera de la capital

Pero el juego que más éxito tiene entre los chavales es el del desahucio. Se meten los que quepan en un espacio de dos metros cuadrados y, cogidos de los brazos deben evitar que otros, desde fuera, saquen al desahuciado.

Fuera de la arena, los indignados han montado una exposición con fotografías de tres meses de activismo. Hay imágenes tanto de Madrid como de Almería. Manuel Pérez, de 90 años, ya lo ha vivido casi todo en su largo recorrido. 'Los que están haciendo me parece muy bien. Defienden que haya trabajo, libertad y bienestar para todos', comenta. 'Eso sí siempre sin violencia, la violencia siempre acaba pagándola el más débil', añade. Lo que no entiende muy bien son algunos de los lemas. 'Hay uno que dice No les votes' pero, si no se vota a los políticos, a quién vamos a votar?', cuestiona. Otra cosa que le sorprende son los propios indignados que hay en la playa. 'Hay hippies de esos, pero también gente normal', comenta con dos policías al fondo que observan a la sombra, protegidos de un sol que aún pega fuerte.

Son casi las diez de la noche. Tras la parte lúdica, los indignados invitan a la gente que se retira de las playas a participar en la asamblea que celebran los almerienses y los venidos de Madrid. 'Queremos contarles que este movimiento es muy bello: multitud de seres humanos haciendo algo nuevo juntos', cuenta Laura, de la caravana madrileña. 'No habrá una salida si no hacemos nada', asegura.

Los indignados seguirán en Almería hoy domingo. Su idea es, con la complicidad de los bañistas de la playa de Los Escullos, pintar sus sombrillas de negro para denunciar la corrupción urbanística.

El lunes enfilarán hacia su quinta etapa. Tras detenerse en Chinchón, Valdepeñas (Ciudad Real) y Granada, llegarán mañana a Motril, en la costa granadina. Allí contactarán con los indignados locales.

Desde ahí esperan ir hasta Vélez Málaga para, el viernes, subir hasta Marinelada. Quieren conocer la experiencia de este municipio, famoso por sus políticas sociales desde los años ochenta.

El Ayuntamiento les ha cedido el polideportivo y mantendrán un encuentro con los vecinos. Ya el domingo, volverán a la costa, esta vez a Cádiz. Con los activistas gaditanos marcharán en protesta por los proyectos urbanísticos de El Palmar. El martes se pondrán camino del Norte.

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