Los inmigrantes se sienten más integrados de lo que los españoles piensan. La mayoría de los extranjeros (un 79%) considera que su colectivo está bastante o muy integrado, mientras que sólo la mitad de los madrileños (un 54%) tiene la misma opinión.

Así lo refleja el último barómetro de la Comunidad de Madrid, que da pistas sobre estas diferencias de percepción. La encuesta evidencia que es más frecuente que un extranjero tenga trato con un autóctono que a la inversa. Sólo uno de cada cuatro madrileños cuenta en su círculo más estrecho con al menos un amigo inmigrante, mientras que tres de cada cuatro extranjeros incluye entre sus amigos a un español.

Los inmigrantes, por lo general, piensan que los españoles se relacionan con ellos de forma más amable, confiada y tolerante de lo que los propios habitantes de la región creen. Sin embargo, sí sienten que reciben un trato diferente al del resto de los españoles (70,5%).

Regularización

Tanto los nacionales como los foráneos son partidarios de legalizar la situación de los sin papeles que están trabajando en la economía sumergida y de expulsar a aquellos que cometan delitos graves.

En cuanto al cierre de fronteras, tanto unos como otros permitirían la entrada sólo a las personas con contrato de trabajo. Un 85% de los españoles y un 60% de los inmigrantes piensan así, aunque un 30% de estos últimos son partidarios de abrir las fronteras. Un dato llamativo es que el 3% de los extranjeros (4% en el caso de los españoles) impediría la entrada a sus compatriotas.

El barómetro refleja también la preocupación de algunos inmigrantes por la llegada de nuevos extranjeros. Más de la mitad cree que su seguridad empeoraría y su sueldo bajaría. Los españoles también temen por su seguridad, pero después les inquietan más las listas de espera de los hospitales, el precio de la vivienda y la calidad de la enseñanza que sus condiciones salariales.