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IU y PSOE critican que Gallardón prohíba la música callejera

Izquierda Unida se pregunta si se prohibirá el concierto de Barenboim y el PSOE dice que los músicos callejeros serán 'delincuentes clandestinos'

PÚBLICO.ES/AGENCIAS

¿Prohibirá el Ayuntamiento de Madrid el concierto de Daniel Barenboim? Esta es la pregunta que se hace Izquierda Unida después de conocerse la ordenanza que prepara la Concejalía de Medio Ambiente de la capital, y cuyo artículo 41 sobre la Ordenanza del Ruido, que se aprobará en el próximo Pleno, prohíbe expresamente el uso en la calle de instrumentos musicales, independientemente de que estén o no amplificados. 

'En un melómano reconocido resulta aún más extraño que la música callejera, a efectos de ordenanzas municipales, sea considerada un molesto ruido', dice IU, que se pregunta 'si la prohibición de tocar en la calle afectará al concierto de Barenboim en la Plaza Mayor al que asiste el alcalde todos los años'. 

La portavoz de IU, Raquel López, intentó a través de una enmienda que se pudiera tocar en la calle siempre que el nivel de la música no superara el nivel de decibelios permitidos, pero la respuesta del Gobierno fue negativa. 

Para IU, Gallardón confunde 'la música callejera con el ruido' y pide 'conciliar estas actividades con el derecho al descanso de los vecinos'. 'Está claro que hay músicos que solo tienen la calle para expresarse y tratar así de ganarse la vida', asegura el candidato a la alcaldía, Ángel Pérez. 

Desde el PSOE, también han reprochado a Gallardón esta nueva normativa. El concejal de Medio Ambiente de los socialistas madrileños, Pedro Santín, lo considera una 'cacicada autoritaria'. 'Los músicos y artistas callejeros pasarán a ser considerados delincuentes clandestinos', asegura Santín. También el PSOE presentó una enmienda que fue rechazada por Medio Ambiente.

Santín ha explicado que a los artistas callejeros se les 'podrá poner multas de hasta 750 euros'. 'Esta persecución no tiene precedentes en ninguna capital europea', ha añadido.  

'No entendemos que la música se prohíba porque sí, ni que se incauten instrumentos que son delicados y valiosos. Es como si a un conductor se le expropiara su vehículo si circula sin silenciador o a escape libre. Es una fobia más de Ana Botella y de todo el Gobierno municipal, que está superando los límites de la racionalidad', concluyó el concejal socialista.

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