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El jefe del secuestro de Kevin mandó "trocear al gato" si les descubrían

El rapto fue ideado desde la cárcel por un compañero de prisión del padre de la víctima, que exigía 5 millones de euros como rescate

EFE

Los Mossos d'Esquadra han liberado a un niño de 11 años que llevaba dos días secuestrado, en un rapto ideado desde la cárcel por un compañero de prisión del padre de la víctima, que exigía 5 millones de euros como rescate y había ordenado a sus colaboradores que descuartizaran al niño si algo se torcía.

El niño ya se encuentra con su madre y sus otros dos hermanos en Sagunto (Valencia), tras haber estado una semana en observación en un hospital barcelonés, donde se recuperó de los efectos sedantes de los tranquilizantes que le suministraron los secuestradores y de las marcas en pies y manos que le dejaron las bridas con que le ataron en un cuarto oscuro de un piso de Barcelona.

Según ha informado en rueda de prensa el inspector de los Mossos d'Esquadra Jordi Domenech, por el momento ya han sido detenidos dos de los supuestos secuestradores, si bien la operación policial sigue abierta, a la espera de localizar y arrestar a los otros tres sospechosos.

Uno de los detenidos es una mujer que hacía de guardiana del niño y que, según fuentes de los Mossos, había sido pareja sentimental del cerebro del secuestro.

El ideólogo del secuestro, según los investigadores, era un preso español de una cárcel valenciana, que hace meses había coincidido en prisión cumpliendo una pena por homicidio con el padre del chico, un supuesto narco de origen colombiano.

El ideólogo del secuestro había coincidido en prisión con el padre del chico

Como en prisión los secretos duran poco, según las mismas fuentes, el cerebro de la operación descubrió que el supuesto narco disponía de elevadas cantidades de dinero y que además le reclamaban varias deudas, por lo que urdió un plan para cometer el secuestro y cobrar el rescate, que detalló en un documento manuscrito que ha sido encontrado en el piso de Barcelona donde se liberó al menor.

En el documento, escrito en clave, el supuesto cabecilla del grupo ordenaba a sus colaboradores que 'trocearan al gato' (en referencia al menor) si se veían descubiertos o a él le ocurría algo en prisión.

El cerebro de la operación, como cebo, le comunicó al narco que tenía unos conocidos en Barcelona que podían facilitar los trámites administrativos de regularización a su mujer y a sus tres hijos, a través de un policía corrupto.

La madre, también de nacionalidad colombiana, intercambió varios faxes con una mujer que se identificaba falsamente como 'señora Vives', a quien fue a encontrar a Barcelona acompañada por su hijo mayor, de 11 años, y un primo mayor de edad.

Cuando el martes 25 de septiembre pasado llegaron al punto de encuentro en el que habían sido citados por la 'señora Vives', en una gasolinera de la plaza Cerdà de Barcelona, ésta le dijo a la mujer que tenían que subirse a su vehículo, ya sin la presencia del primo.

Los asaltantes cogieron por la fuerza al niño, e inyectaron un tranquilizante y lo encerraron en el maletero

Sin saber que se trataba de un engaño, madre e hijo subieron al coche conducido por la mujer, hasta que llegaron a un descampado de la comarca barcelonesa del Baix Llobregat, donde cuatro asaltantes, armados y tapados con capuchas, cogieron por la fuerza al niño, le inyectaron un tranquilizante y lo encerraron en el maletero.

Después de que los raptores le dijeran a la madre que si quería volver a ver a su hijo tenía que pagar un rescate de 5 millones de euros, la mujer regresó haciendo autoestop a Barcelona, donde fue a buscar a su primo en la gasolinera y acudió a una comisaría.

Los investigadores descubrieron rápidamente el nexo entre el padre del menor y el promotor del secuestro, lo que les permitió localizar el piso en el que la 'señora Vives' mantenía secuestrado al niño, en la calle Trajà de Barcelona, junto a la gasolinera de la plaza Cerdà.

Los Mossos activaron entonces al grupo especial de intervenciones (GEI), que el 27 de septiembre liberó al niño, tras encontrarle atado de pies y manos, adormecido y desorientado por efecto de los tranquilizantes. El pago del rescate se había concertado para dos días después.


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