"Los jóvenes son mejores ciudadanos"

Vinculado a las políticas públicas de juventud desde 1999, Alejo Ramírez (Buenos Aires, 1974) tiene entre sus retos al frente de la Organización Iberoamericana de la Juventud mejorar la imagen que se tiene de los jóvenes.

¿Es elevada la cifra del Instituto de la Juventud de que un 1% de los jóvenes son ni-nis'?

Se habla mucho de los ni-nis, pero hay mucha estigmatización. Puede ser que formalmente haya muchos jóvenes que no estudien ni trabajen, pero eso no implica que no hagan nada. Los jóvenes están activos: cuidan a mayores, son voluntarios, ayudan en ONG de barrio, buscan trabajo... Un 1% es un índice bajísimo.

¿Cuál es su potencial?

Están planteando una alternativa a lo que hemos tenido. Son mucho menos racistas, comparten muchas más experiencias, son mucho más globales y están más abiertos a nuevas tecnologías y experiencias. Puede sonar duro, pero creo que son mucho mejores ciudadanos.

"Decirles que son el futuro es como decir que comerán en 20 años"

Hablando de educación, ¿ha mejorado la integración de los inmigrantes en las aulas?

La educación, ya de por sí, tiene un desafío gigante, porque ha cambiado notablemente su destinatario. Pero la escuela no se ha adaptado a esa situación. La institución pretende que el joven cambie, pero eso es inviable; es la escuela la que debe cambiar. La llegada de alumnos de otras culturas a las aulas complica mucho más las cosas, al tiempo que plantea desafíos muy interesantes. La interculturalidad resulta más natural a los jóvenes que a los adultos.

¿Se está aplacando el fenómeno de las bandas latinas?

Los medios ahora tienen noticias malas, como la crisis y el paro, y ya no necesitan de los jóvenes para tener su dosis de malas noticias. El porcentaje de hechos violentos en los que participan bandas es tan grande como es el interés en ponerlo en primera página. No podemos estigmatizarles, porque hay muchas bandas latinas, en torno a la música, por ejemplo, que no son violentas.

¿Cuál es el mayor reto al que se enfrenta?

Apostar por la trasversalidad. Los jóvenes son sujetos del presente. Decirle a un joven que es el futuro es como decirle a una persona que tiene hambre que va a comer en 20 años. Es determinante empezar a hablar de los jóvenes como el presente.

Los adultos estigmatizan a los jóvenes, pero les imitan...

Es un fenómeno muy contradictorio, esquizofrénico. Tan pronto resaltamos de los jóvenes su vitalidad como destacamos que son vagos.