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Juicio a 15 guardias civiles por presuntas torturas a los terroristas de la T-4

La fiscalía pide penas de dos a tres años de cárcel para cuatro de los agentes

GUILLERMO MALAINA

Una quincena de guardias civiles se sentarán a partir de hoy, y hasta el viernes, en el banquillo de la Audiencia de Guipúzcoa, acusados de haber torturado a los miembros de ETA Igor Portu y Mattin Sarasola, autores del atentado de la T-4, en Barajas, en 2006.

La fiscalía pide penas de dos a tres años de cárcel para cuatro de los agentes que presuntamente causaron las lesiones a Portu y Sarasola tras su detención, en enero de 2008, en Arrasate (Guipúzcoa).

Solicita además una pena menor (diez días de localización permanente) para otros seis guardias civiles que presenciaron las presuntas torturas sin impedirlas. Y en el caso de los otros cinco procesados, el fiscal no aprecia indicios de delito.

La acusación particular, ejercida por Portu y Sarasola, imputa, por su parte, a los 15 guardias civiles un delito de torturas, entre otras faltas, y solicita penas de 6 a 17 años de prisión. Según el relato de la fiscalía, Portu comenzó a ser presuntamente 'golpeado' dentro de un automóvil oficial por agentes que le custodiaban.

Como consecuencia de las lesiones sufridas, ingresó en la UCI del Hospital Donostia. Según el informe médico, Portu sufrió un traumatismo torácico con fracturas en dos costillas, un neumotórax, un 'neumomediastino importante', un 'enfisema subcutáneo' y una pequeña contusión pulmonar que pusieron su vida en 'una situación de riesgo'.

Según el fiscal, Sarasola también sufrió golpes y, como Portu, amenazas de muerte. Uno de los agentes le habría puesto una pistola en la sien, a la vez que le amenazaban con tirarlo al río como Mikel Zabalza. Según el Cesid, Zabalza murió por torturas en 1985 en el cuartel de Intxaurrondo.

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