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Justicia propone indultar al preso más antiguo

El Consejo de Ministros decide mañana sobre la liberación de Miguel Montes Neiro

JUAN JOSÉ TÉLLEZ

A pesar de casi 50.000 firmas a favor del indulto, múltiples artículos y también canciones, a pesar incluso de las gestiones de varios diputados, el Gobierno socialista ha dejado para su último Consejo de Ministros la petición de indulto a favor de Miguel Montes Neiro, el preso más antiguo de España, que lleva encadenando condenas desde 1976 y tiene 61 años.

“Desde hace infinidad de años llevo tratando que alguien, experto en leyes, me razone este castigo tan intenso”, escribió Miguel en septiembre pasado desde el penal de Albolote (Granada). Parece que pronto recibirá consuelo. El Consejo de Ministros estudiará en su reunión de mañana, la última del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, el indulto a Montes Neiro. El Ministerio de Justicia ha concluido dos expedientes sobre el asunto. Su titular, Francisco Caamaño, los elevará al Consejo de Ministros, que será el que decida sobre su concesión.

El muro de Facebook del Ministerio de Justicia contabilizaba el lunes pasado 400 mensajes a favor de la excarcelación de este recluso sin delitos de sangre. “Piden que la justicia se aplique por igual para todos, en alusión a los recientes indultos aprobados por el Gobierno, como el del banquero Alfredo Sáenz o los de Guillermo D’Aubarede y Fernando Pérez, de la antigua Azucarera Ebro”, afirma Encarnación Montes Neiro, hermana y principal activista de su causa. Encarnación mostraba su confianza –“al 99%”– en que habrá indulto.

El Supremo ya ha exigido a la Audiencia de Granada que aplique la doctrina del Constitucional sobre el doble cómputo en la prisión preventiva, lo que debería significar su pronta liberación. La suma de sus actuales condenas, sin embargo, lo haría permanecer en prisión hasta 2021. Según su abogado, Félix Martín García, Miguel “tenía que cumplir 13.300 días de prisión y, por lo tanto, debió salir de la cárcel en marzo de 1994”.

“Mi hermano ha perjudicado a la sociedad y la Justicia ha perjudicado a mi hermano. Que los dos se perdonen de una vez”. Eso es lo que acepta Encarnación, una mujer humilde y brava que multiplica reuniones en la Fiscalía General, el Defensor del Pueblo, Instituciones Penitenciarias... Su esperanza ahora es que Miguel pueda pasar la Navidad en casa, en Granada capital.

A Miguel ya lo acusaron con tan sólo 16 años del robo de una cajetilla de tabaco. Posteriormente, desde el año 1976, ha cumplido condenas engarzadas a partir de un delito de deserción militar, tras el falso robo de un subfusil cuando se encontraba en la Legión y aún no había democracia. Fue encadenando penas por delitos contra la salud pública, robo, quebrantamiento de condena, contra la seguridad del tráfico y falsificación de documento público, allanamiento de morada, detención ilegal o evasiones. La última fuga fue en 2009, durante un permiso por la muerte de su madre. También le adjudicaron, según denuncia la familia, un robo cometido por otro en Granada.

Miguel tiene 61 años de edad, hepatitis C y una salud precaria que empeoró con la huelga de hambre que inició en abril y que prolongó durante 125 días. Fuera lo esperan sus dos hijas, de 13 y de 16 años.

Esta última, Estrella, no entiende que haya asesinos en libertad y su padre siga entre rejas. “Van pasando los años –dice– y se me va acabando la esperanza”. Tal vez este viernes la recobre.

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