Este artículo se publicó hace 13 años.
Unas legislativas para la historia
Las candidaturas se han reducido un 46% por la reforma de la LOREG. Los sondeos auguran la segunda mayoría absoluta del PP
La undécima cita de los españoles con las urnas para elegir presidente del Gobierno se presenta poco competitiva a tenor de las encuestas. Algunos expertos, sin embargo, advierten que hay que esperar a conocer los resultados y apuntan otros elementos de interés en estos comicios: qué formaciones nuevas lograrán representación en 2011, quiénes saldrán reforzadas o debilitadas, cuáles contarán con grupo parlamentario propio y qué peso tendrán los nacionalistas, con especial atención a Amaiur.
Desde 1982, la variable que se ha mantenido constante en los procesos electorales es la concentración del voto en torno al PSOE y el PP. Ambas fuerzas sumaron el 83,8% de las papeletas en 2008, récord histórico y diez puntos más que en 1993. Sin embargo, el puzle parlamentario se ha completado con fuerzas políticas de carácter estatal y nacionalista de muy diferente signo y peso.
El Congreso ha tenido un mínimo de diez partidos y un máximo de 15
En estos 34 años, el arco parlamentario ha estado compuesto por un máximo de diez grupos y un mínimo de seis. Y pocas elecciones se pueden considerar normales en sentido estricto en las que vence el partido que estaba en el Gobierno como las que ganó Adolfo Suárez en 1979. También las ha habido críticas, como las de 1982, cuando la UCD fue derrotada y casi borrada del mapa por el PSOE.
Los socialistas sumaron entonces el 48,1% de los votos, el techo alcanzado por esta formación, frente al 26,36% de los conservadores. Esos más de 20 puntos de diferencia son los que planean hoy en el escenario electoral.
Absolutas y relativasSólo tres de las diez elecciones anteriores han terminado con mayoría absoluta
Este porcentaje es algo mayor que la estimación que hacen la mayoría de los sondeos y que apuntan a una ventaja del PP frente al PSOE de 15 puntos. En el año 2000, coincidiendo con la mayoría absoluta de José María Aznar, el PP adelantó al PSOE en 10,3 puntos porcentuales, consiguió 183 escaños y el 44,52% de los votos.
Además de en 1982, los socialistas superaron la barrera de los 176 escaños en 1986 y, aunque técnicamente no la consiguieron en 1989 al quedarse en 175, el Parlamento funcionó como si el PSOE tuviera mayoría absoluta. Entre otras razones, por la ausencia continuada de los cuatro diputados de Herri Batasuna.
A partir de los siguientes comicios, las mayorías relativas tomaron el relevo en la composición del Congreso. Primero, la del PSOE en 1993, seguida de la del PP en 1996 y que dio paso al bipartidismo y la alternancia entre izquierda y derecha, pero todos con el aura de la moderación.
PSOE y PP sumaron el 83,8% de los votos en 2008, el año de mayor bipartidismo
En ambos casos, los partidos mayoritarios se apoyaron en las formaciones nacionalistas para constituir gobiernos estables. Especialmente CiU, que con 17 y 16 escaños en esas dos legislaturas, se dejó querer por PSOE y PP a cambio de mejoras en la financiación autonómica y mayor autogobierno de Catalunya.
El peso de los nacionalistasDesde los comicios de 1977, dos comunidades han tenido representación de corte nacionalista en el Congreso de forma continuada, Euskadi y Catalunya. El resto, sin embargo, ha estado presente de forma esporádica, incluso teniendo un sentimiento nacionalista acusado. Canarias, Aragón, Galicia, Navarra o Andalucía y sus formaciones han ido entrando y saliendo de Las Cortes. Así ocurrió, por ejemplo, con la Chunta Aragonesista, que no consiguió representación en las elecciones de 2008, tras las dos legislaturas con José Antonio Labordeta; o el Partido Andalucista, que logró escaños en 1979, 1989 y 2000. En Euskadi, el vaivén de algunas fuerzas es inherente al terrorismo de ETA y su legalidad. Herri Batasuna obtuvo escaños entre 1979 y 1993 (entre dos y cuatro diputados) hasta que fue ilegalizada.
Las fuerzas nacionalistas que han obtenido representación suficiente para constituir grupo en el Parlamento tradicionalmente han sido CiU y PNV. El peso de los nacionalistas vascos ha oscilado entre los ocho diputados de los primeros comicios a los cinco conseguidos en 1993 y 1996.
Por su parte, CiU se ha movido entre los 18 escaños de 1986 y los ocho escaños de 1979. Desde 1993, la formación ha ido perdiendo apoyos hasta quedar reducida su representación a diez diputados en las dos legislaturas con José Luis Rodríguez Zapatero en la Moncloa y el PSC gobernando en Catalunya.
Recorte de siglasLa reducción más notable y novedosa ha sido la de partidos que concurren a estas elecciones tras la reforma de la Ley Electoral, aprobada en enero de 2011 y que obligaba a las formaciones a presentar un 0,1% de avales por circunscripción para presentarse.
La medida ha provocado un drástico descenso de las candidaturas proclamadas en 2011 respecto a 2008. Para el Congreso se han proclamado 593, un 46,6% menos que hace cuatro años. Una cifra comparable a la de 1977, cuando se presentaron 579 candidaturas. Si bien entonces, el baile de siglas era aún mayor, ya que muchas formaciones se presentaban por una sola circunscripción.
Realmente, los partidos con opciones de formar parte de la Cámara Baja y obtener representación rondan la decena. En la pasada legislatura, diez formaciones compusieron el Congreso hasta la ruptura de UPN y el PP. El máximo, sin embargo, está en los 15 partidos o coaliciones que constituyeron el Parlamento en 1979.
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