El presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, Juan Luis de la Rúa, abogó ayer porque el Consejo General del Poder Judicial estudie “hasta qué punto se fomenta” en algunos espacios de televisión “la responsabilidad” de que se produzcan casos de violencia doméstica.

Mientras, el cadáver de Svetlana, la joven rusa asesinada en Alicante, presuntamente a manos de su ex novio, después de que le rechazara en un programa de telebasura, espera para ser repatriado. Sus familiares han reclamado sus restos, ajenos al análisis de circunstancias paralelas que planean sobre un canal de televisión, Antena 3, un programa, El diario de Patricia, y el concepto que representa este espacio, la telebasura. La joven asesinada rechazó la oferta de reconciliarse con quien después sería su presunto asesino en un plató de televisión al que acudió sin saber con quien iba a encontrarse.

Programas que calientan

El magistrado Juan Luis de la Rúa entiende que algunos programas “se convierten en muchas ocasiones en vías o medios que calientan situaciones que no tendrían que calentar”, por lo que “habría que hacer una reconsideración de las consecuencias que pueden derivar de esos espacios televisivos”. El debate abierto sobre la responsabilidad de los medios encontró ayer otra opinión cualificada: “No se puede decir que la cadena de televisión haya ayudado a matar a nadie”. Es el juicio de Joaquín Delgado, magistrado del Tribunal Supremo.

La reflexión jurídica discurre de forma paralela a la lectura política. La presidenta del Observatorio de la Mujer del Consejo, Montserrat Comas, pidió a los medios de comunicación que “no den publicidad a los maltratadores” .Según Monserrat Comas, este caso obliga a los periodistas y a los llamados programas del corazón a plantearse si se cumplen los códigos de autorregulación, vulnerados en esta ocasión, a su juicio, ya que la víctima no dio su consentimiento al encuentro con su ex pareja bajo los focos de El diario de Patricia.

Sin ese consentimiento, el programa de Antena 3 podría incurrir en una “responsabilidad civil por daños en el derecho a la imagen y el honor de las personas”, señaló Monserrat Comas, que podrían reclamar los herederos de la víctima. Sin embargo, la jurista cree que no se puede establecer una relación directa o indirecta entra la emisión del programa y el asesinato de la joven, “porque el único responsable es el criminal”.La secretaria general de Políticas de Igualdad, Soledad Murillo, anunció ayer que se
reunirá con los medios de comunicación para “implicarles” en la lucha contra la violencia de género y para darles formación para detectar casos de maltrato y evitar situaciones como la de Antena 3.

El Gobierno intervendrá

En una entrevista con Efe, Murillo subrayó la importancia de saber reconocer a tiempo estos casos de violencia de género porque “lo que vimos en antena fue un episodio de romanticismo, que es una parte más del proceso que sigue el agresor”. Soledad Murillo explicó que lo habitual es que, en algún momento de la relación, el agresor muestre arrepentimiento y pida otra oportunidad, “es el llamado periodo de luna de miel”, que hace que muchas víctimas vuelvan con su pareja porque “los sentimientos van a otro ritmo y si el agresor cesa el hostigamiento, ¿por qué no vas a agarrarte a esa nueva situación?”. En el caso de joven asesinada, “estaba claro” que se trataba de una víctima de violencia ya que estaba paralizada porque “estaba aterrada” y “sentía un pánico tremendo que no se supo ver”.

Para Murillo, lo más probable es que el programa no previera la situación pero “había elementos, como el silencio de la mujer, que debían haberles hecho pensar que estaban jugando con fuego”.