Cuatro años después de que José Luis Rodríguez Zapatero ganara sus primeras elecciones, el liderazgo del presidente se ha consolidado de un modo notable. Los datos de la última oleada del Publiscopio, cuyo trabajo de campo se efectuó entre los días 7 y 14 de mayo, confirman que para el 62,1% de los electores que el 9 de marzo optaron por el PSOE el hecho de que el candidato fuera Zapatero operó como factor determinante (influyó mucho o bastante) a la hora de decidir su voto. En contrapartida, se constata que el perfil de Mariano Rajoy adolece de una flagrante debilidad: su presencia al frente de las listas del PP sólo influyó mucho o bastante para el 41,5% de los votantes de su partido.

Pero, a tenor del estudio, tras el éxito de Zapatero no subyace una variante del denominado culto a la personalidad sino el respaldo ciudadano al nuevo rumbo que imprimió su primer Gabinete a la política española tras ocho años de mandato del PP. Según el estudio, los dos elementos que más influyeron en la decisión final de los electores que eligieron la papeleta del PSOE fueron “las ideas del partido” (72,3%) y  “el deseo de que continuase la política de Zapatero” (70,3%).

En el reverso de la moneda aparecen los datos relativos a los votantes del PP. Porque “el deseo de volver a la política de Aznar”, opción planteada como posible clave del voto, sólo influyó mucho o bastante para el 40,7% de sus electores, mientras que para el 43% no influyó nada. Es decir, entre quienes buscaron afianzar con su voto la política de Zapatero y quienes pretendieron con el suyo lograr el regreso a la línea aznarista hay un foso de casi 30 puntos.  

Las respuestas a la pregunta sobre la vuelta a la política de Aznar señala una fractura en el electorado del PP que encuentra su correlato en la crisis interna del partido. Y cuestiona, como mínimo, la veracidad del aserto planteado el lunes por el ex presidente José María Aznar, quien durante la inauguración de unas jornadas de la Fundación FAES presentó sus ocho años de gobierno como el modelo cuya pauta debe repetir Rajoy.

“Hay otro camino para España –concluyó ese día Aznar–. No tengáis duda. Funcionó antes y funcionará en el futuro”. Los votantes del PP no parecen, sin embargo, compartir de manera mayoritaria tal diagnóstico. En ese segmento del electorado, las razones que más pesaron en el momento de votar fueron las ideas del partido (70%) y el deseo de evitar una segunda victoria socialista (61,7%).

La idea de contribuir a perpetuar la política de Zapatero pesó más entre los votantes fieles del PSOE (75%). Igual ocurrió en  lo que concierne al deseo de regresar a la política de Aznar: ese motivo alcanzó su cumbre entre los electores tradicionales del partido (51%) y su sima entre quienes votaron por primera vez al PP (29%).  Las promesas electorales influyeron más en el electorado del PP que en el PSOE.