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Llegan a Libia los 50 náufragos del 'Corisco'

Los inmigrantes rescatados por el pesquero español desembarcan en Trípoli tras dos días de espera

PÚBLICO.es

Los 50 inmigrantes rescatados el sábado por el pesquero español Corisco a 80 millas de la costa de Libia, entre ellos cinco mujeres y tres niños, desembarcaron ayer 'sin incidentes' en el puerto de Trípoli. Tras una tensa espera en alta mar, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, gestionó la solución del caso en una conversación telefónica con el jefe del gabinete del líder libio, Muamar Al Gadafi.

Todos los extranjeros rescatados salieron ordenadamente del buque y su situación será examinada por parte de las autoridades libias.
Los sin papeles no deseaban que se les repatriase, pero según fuentes diplomáticas 'se resignaron a ello'. El patrón del pesquero, Antonio López, relató a la agencia Efe que algunos desembarcaron llorando, 'con cara de pena'.

Antes de tomar tierra, el grupo de náufragos se encontraba muy inquieto, ya que se negaban a regresar a África. De hecho, el propio patrón del barco se vio obligado a ocultar a los ilegales su intención de atracar en Trípoli para evitar un posible motín en cubierta. 'No querían volver a Libia y yo estaba nervioso ante la posibilidad de que se pusieran revoltosos', señaló el marinero, aunque finalmente 'no pasó nada'.

La intención de los náufragos, todos de origen subsahariano, era llegar a Italia, pero la lancha en la que viajaban pinchó y comenzó a desinflarse. El pesquero Corisco, que se encontraba faenando en la zona, rescató entonces a sus ocupantes y dio la voz de alarma a las autoridades españolas y portuguesas, ya que el barco tiene bandera lusa.

Sin espacio suficiente 

'Estuvimos un poco mal e incómodos durante el tiempo que permanecieron a bordo', explicó Antonio López, porque el barco, de 32 metros de eslora, no dispone de espacio suficiente para acoger a 'tantas personas', añadió. La situación comenzaba a ser preocupante, ya que después de dos días, comenzaron a escasear en el buque los alimentos y las medicinas.

A pesar de todo, el estado de salud de los inmigrantes era bueno, aunque los niños 'tosían y tenían fiebre'. El embajador de España en Trípoli, Joaquín Pérez Villanueva, se ha hecho cargo de la lista de náufragos con el fin de ponerla a disposición de organismos internacionales, como ACNUR, que se ocupan de los refugiados.

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