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"Llegaré siempre tarde al trabajo"

El nuevo límite de velocidad condicionará la vida personal y laboral de algunos conductores

A. F.

A Esther Jiménez no le supondrá ningún esfuerzo cumplir el nuevo límite de velocidad impuesto por el Gobierno. Dice que en la autopista no suele superar los 100 kilómetros por hora, así que no tendrá que soltar el pie del acelerador para ajustarse a los 110 km/h que desde el próximo lunes marcarán todas las señales de tráfico en autopistas y autovías. 'No me gusta correr, así que no creo que el cambio me afecte en abosluto', cuenta esta madrileña que todos los días conduce desde el barrio de Canillejas, donde vive, hasta su lugar de trabajo en La Florida (Aravaca).

Esther no deberá cambiar su manera de conducir, pero reconoce que el nuevo límite de velocidad le puede provocarle algún que otro problema en el trabajo. 'Tardo 40 minutos en recorrer 33 kilómetros, pero si se forman más atascos de lo habitual, llegaré tarde todos los días', cuenta. A Esther no le sirve de nada levantarse antes. A las 8.15 deja a su hijo en la parada del autobús que lo lleva al colegio y luego se va a trabajar. 'Entro a las 9, así que llegaría diez minutos tarde, pero no creo que las cosas cambien demasiado. Si el límite está en 110, la gente circulará a 140', augura Esther.

Otra conductora habitual, Goretty Rodríguez, también es escéptica respecto a la nueva medida, que considera 'absurda'. Ella tarda casi una hora en llegar de Monforte de Lemos a Lugo, pero sólo circula 15 kilómetros por autovía, de manera que su trayecto diario para ir al trabajo, dice, 'no se alargará demasiado'.

Miguel Perreño, en cambio, deberá poner la alarma del despertador diez minutos antes de lo habitual a partir del próximo lunes. Este transportista que vive en La Vall d'Uixó y trabaja en Castelló tarda 25 minutos en llegar a la oficina. 'Ahora me tocará madrugar un poco más, al menos los primeros días, hasta que vea cómo está la situación', explica. La nueva medida no solo afectará a sus horas de sueño, también a la eficiencia de su empresa. 'Solemos trabajar con camiones, que ya tienen la velocidad limitada a 90 km/h', cuenta Miguel, 'pero cuando hagamos transportes en furgonetas, seguro que notaremos el cambio'.

Rafael Beltran no es transportista, pero también pasa muchas horas en la carreterea. Operario especializado en calefacción y aire acondicionado, hace ruta por Barcelona y alrededores. 'Yo creo que no voy a notar el cambio de límite porque no suelo pasarme de 120 kilómetros por hora', cuenta, 'estoy seguro de que no tardaré más de lo que tardo ahora en llegar a una casa'.

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