Este artículo se publicó hace 13 años.
La lluvia impide que la acampada de Sol redefina su futuro
El posible levantamiento iba a debatirse en una asamblea que no se llegó a celebrar
La lluvia volvió a aplazar ayer la esperada decisión sobre la permanencia o no del campamento de la Puerta del Sol. Desde las tres de la tarde de hoy, los indignados improvisarán una carpa en la zona alta de la plaza porque, aseguran, esta asamblea se celebrará "sí o sí".
Durante toda la jornada, las diferentes comisiones se mostraron cautelosas a la hora de hacer públicas sus propuestas de reestructuración o levantamiento antes de que estas pasaran por la asamblea general.
En la del domingo, también frustrada por la lluvia, la última intervención que se llegó a escuchar fue la de la comisión de legal, que propuso que se levantara la acampada de Sol el próximo 12 de junio, con un "gran acto reivindicativo y festivo" al que también estarían invitadas las acampadas y asambleas del resto de ciudades del país. Sin embargo, la propuesta no pudo debatirse ni el domingo ni ayer.
Por otro lado, la nueva línea de trabajo que, durante esta semana, "probarán" los voluntarios de la comisión de extensión a barrios, que se encargan de expandir el movimiento más allá de Sol hacia los barrios madrileños, pone de manifiesto que cada vez son más las comisiones que empiezan a ver cómo se hace "insostenible" centralizar toda la acción del 15-M en las acampadas. Varios voluntarios de este grupo trabajan desde domicilios particulares o locales, mientras otros permanecen en el puesto de información.
Pero la de Sol no es la única acampada que se replantea día a día su continuidad. En Huelva, Lleida, o las ciudades asturianas de Mieres, Langreo, Avilés, Gijón u Oviedo, los indignados ya han comenzado a recoger las tiendas o lo harán en los próximos días, según informa Efe.
En Barcelona, los indignados decidieron dejar de acampar de noche en la plaza Catalunya, aunque todavía no acordaron desde qué día. Angel Badía, uno de los acampados en la capital catalana, presentó ayer una querella contra el consejero de Interior de la Generalitat, Felip Puig, varios altos mandos de los Mossos d'Esquadra y algunos agentes por las cargas policiales del pasado 27 de mayo.
A pesar de que la continuidad de los campamentos sigue siendo uno de sus grandes temas de debate, los indignados continúan ejerciendo acciones en la línea del movimiento. Ayer, un centenar de ellos recibieron con gritos de "fuera" a la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, en Donostia.
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