Cerca de 3.000 personas se han manifestado hoy por las calles de Barcelona para exigir el cierre urgente de las centrales nucleares y el abandono de la idea de construir un almacén centralizado de residuos radiactivos, en una protesta apoyada por más de un centenar de entidades y asociaciones. Los manifestantes, que la Guardia Urbana ha cuantificado en unos 2.500 mientras la organización ha elevado el número hasta los 10.000, han recorrido el centro de la ciudad de Barcelona bajo el lema 'Cerremos ya las nucleares'.

En un tono festivo, la manifestación ha transcurrido entre la plaza Pla de Palau de Barcelona, frente a la sede de la Delegación del Gobierno, y la sede de la empresa Endesa en la avenida Paral·lel, donde el actor Pep Planes ha leído un manifiesto que exige un calendario de cierre urgente de todas las centrales nucleares de España. A la manifestación, con constantes alusiones al accidente en la central japonesa de Fukushima, se ha sumado un grupo de representantes de los acampados en la plaza Catalunya de Barcelona al grito de 'estamos indignados con las nucleares', y han sido recibidos con sonoros aplausos por los participantes en la protesta.

La marcha, que ha inundado las calles de Barcelona con el histórico símbolo de Greenpeace con el lema 'Nucleares, no gracias', ha sido convocada por la Plataforma Cerremos las Nucleares, a la que se han adherido diversas formaciones políticas, entre ellas ICV, ERC, EuiA, Els Verds, Solidaritat Catalana per la Independència (SI) y Revolta Global, según ha explicado Pep Puig, portavoz de la organización.

En representación de esos partidos, han asistido a la manifestación, convocada en el Día Mundial del Medio Ambiente, los secretarios generales de ERC e ICV, Joan Ridao y Joan Herrera, respectivamente, así como el senador de la formación ecosocialista y exconseller de Interior, Joan Saura, y el líder de EUiA, Jordi Miralles.

Una pequeña banda de música, grupos de animación y personas provistas de zancos han mantenido en todo momento el ambiente festivo de la marcha, en la que participaban manifestantes con el rostro cubierto por mascarillas y cámaras antigás, así como un activista disfrazado de La Muerte que sostenía en la mano un bastón con una calavera. A su llegada al monumento de Cristóbal Colón, frente a las concurridas Ramblas de Barcelona, un grupo de activistas de Greenpeace han desplegado una enorme pancarta, de cerca de 20 metros de longitud, con el emblemático símbolo de un sol sonriente y el lema 'Cerremos ya las nucleares'.

'Fukushima nunca más', 'Hoy activos o mañana radiactivos' y 'Cerremos ya las nucleares' han sido las consignas más coreadas durante la marcha, donde abundaban las pancartas con las advertencias de 'Peligro nuclear' o 'Fin de la era nuclear', mientras los 'indignados' marchaban tras una propia con el lema 'Hombres y mujeres de la campaña estamos por el cierre de las nucleares'.

El manifiesto de la protesta, que se ha leído en el parque de Las Tres Chimeneas frente a la sede de Endesa, recuerda que, 25 años después del accidente de Chernóbyl, la 'catástrofe nuclear' de Fukushima ha desenmascarado la 'falacia' al poner de relieve los verdaderos efectos de la energía atómica.

El manifiesto advierte de que las centrales nucleares españolas padecen a menudo fallos, paradas no programadas y problemas técnicos que demuestran su vulnerabilidad, y son innecesarias porque España produce por otras vías suficiente energía para abastecerse. Por ese motivo, los manifestantes exigen al Gobierno un calendario para el cierre urgente de las nucleares y que rechace la renovación del permiso de explotación de la central de Ascó (Tarragona), que expira el próximo mes de octubre, así como un proceso de participación para debatir la gestión de los residuos radiactivos.

La plataforma convocante de la protesta, que exige a los partidos catalanes que tramiten a través de las Cortes sus reivindicaciones, ha reiterado su apuesta por un sistema energético fundamentado en el ahorro y en fuentes cien por cien renovables.

En declaraciones a la prensa, el portavoz de la plataforma se ha felicitado por el éxito de la protesta, pero ha considerado 'dramático' que haya tenido que suceder un accidente nuclear como el de Fukushima para reavivar el movimiento contrario a la energía atómica.