Este artículo se publicó hace 13 años.
Más de 300.000 nuevos españoles en América Latina
España ha recibido cientos de miles de solicitudes de hijos y nietos de exiliados. La Ley de Memoria Histórica lo posibilita desde 2008
El Ministerio de Asuntos Exteriores calcula que cerca de 300.000 hijos y nietos de exiliados durante la Guerra Civil y la dictadura de Franco recibirán la nacionalidad (o ya la han recibido) gracias a la Ley de Memoria Histórica. El martes terminó el plazo de tres años para la presentación de las solicitudes. El último balance provisional es del pasado 31 de agosto: 378.862 solicitudes y 213.787 nacionalizaciones. El 95% de las peticiones se presentaron en países de América Latina, con Cuba, Argentina, México y Venezuela a la cabeza.
La Ley de Memoria Histórica estableció como beneficiarias a las personas cuyo padre o madre hubiese sido español y a los nietos de quienes perdieron la nacionalidad o tuvieron que renunciar a ella debido al exilio entre el 18 de julio de 1936 y el 31 de diciembre de 1955, informa Efe.
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Identidad y reconocimientoGuillermo García Suárez, coordinador de la agrupación española Hijos y Nietos de Españoles, fue uno de los primeros argentinos en conseguir la nacionalidad española al amparo de la Ley de Memoria Histórica, a finales de 2008. Su abuelo asturiano había llegado a Buenos Aires 80 años antes por problemas económicos. "Los nietos de españoles rondamos los 40 años, algunos llegan a los 60. Tenemos nuestra vida hecha en Argentina", aclara García Suárez.
Para él, la nacionalidad española es una cuestión de identidad y de reconocimiento. "Sabemos que no podemos transmitir la nacionalidad a nuestros hijos mayores de 18 años. Y por una cuestión de edad, con 60 años no te planteas vivir en otro país".
El 1,7% de los cubanos obtendrá la nacionalidad española
Este argentino recuerda que la nacionalidad española no les otorga ninguna ayuda o pensión contributiva. "No hay una cuestión utilitarista en nuestra petición. La mayor parte de nosotros va a España a conocer a sus abuelos, a reconstruir lazos familiares. Vamos por un mes, mes y medio, y nos volvemos a Argentina", relata.
García Suárez señala que en la Embajada española en Buenos Aires admitieron que más de la mitad de los ciudadanos que tramitaron la nacionalidad española ni siquiera tenían pasaporte argentino, por lo que no tenían intención de irse del país.
Sin embargo, el profesor de Geografía Humana de la Universidad de Santiago de Compostela Carlos Ferrás señala que la nacionalidad española puede ser una "válvula de escape" para aquellos que viven en otros países como Cuba. En la isla, 66.000 personas han recibido ya el pasaporte español y la previsión es de que al final del proceso lo obtengan unos 180.000, el 1,7% de la población de Cuba, según el Consulado de La Habana.
"Cuando repunte el empleo en España, puede que haya un efecto llamada", añade Ferrás, que cree que el sistema público de salud español también podrá verse afectado por la edad de miles de nacionalizados.
Pablo Cisneros tiene 46 años y trabaja en Aerolíneas Argentinas. Al igual que García Suárez, él pidió la nacionalidad española por una cuestión de identidad: "Me sentí siempre muy reflejado con lo que era España. Mi abuelo era emigrado de Tarragona, y yo hice el trámite por el amor que tengo a España y por mis raíces".
Él ya había viajado a España en ocho ocasiones antes de que le concedieran la nacionalidad, en mayo de 2009. Hoy por hoy, no se plantea vivir en la tierra de su abuelo, pero sí tiene un deseo: "Que con el transcurso de los años, puedan conseguir la nacionalidad los que han quedado fuera de la ley".
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