Este artículo se publicó hace 14 años.
Mas afea a PP y PSC su falta de autonomía
Compara a Rajoy y Zapatero con los "primos de Zumosol"
Guante de seda, sí, pero en puño de acero. Artur Mas demostró ayer que también es capaz de atizar a sus adversarios y cargó contra la división aerotransportada de PSOE y PP. Quien más reproches cosechó fue Mariano Rajoy, que en la víspera había mostrado su preocupación por la confesión de Mas ante la victoria de la selección española de fútbol en el Mundial. El líder de CiU admitió que le había alegrado, pero que en ningún caso la había celebrado. "Pregúntenle si se alegra de los éxitos de las selecciones catalanas", contestó Mas antes de reprochar al PP su persecución "a la identidad catalana en los tribunales".
Más tarde metió en un mismo saco a Mariano Rajoy, José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba para referirse a los "primos de Zumosol" que vienen a "hacerse la foto". "Es curioso que estos partidos que dicen ser tan catalanes no paren de traer gente de fuera", cargó. En el caso del presidente del Gobierno, se mostró convencido de que hoy "hará promesas" y recalcó que en CiU no les creerán porque son "gatos escaldados varias veces". Tras recordar que el PSE sí ha pactado con el PP, instó al PSC a tener grupo propio en el Congreso.
Cambio de rumbo en las aulasEl candidato convergente declaró también la "guerra a muerte al fracaso escolar" y anunció un cambio de filosofía que beneficiará a la escuela concertada y privada. Después de admitir que "los dos primeros años no va a haber más recursos", avisó de que concederá la misma importancia a la educación pública que al resto de "titularidades y tradiciones": "El interés público lo tiene toda la educación". Se mostró partidario de extender el concierto a ámbitos que a día de hoy son privados y rechazó frontalmente retirárselo a las escuelas elitistas que segregan a los niños en función de su sexo: "Es un sistema pedagógico que hay que respetar, no tiene nada que ver con la discriminación de género y allí donde se aplica no funciona mal en modo alguno".
El líder de CiU cambió la finesse de su discurso al referirse a las políticas educativas del Govern, al que acusó de haberse "pasado de frenada con su alegría en el gasto" y les reprochó la aplicación de la sexta hora de clase, la semana blanca de vacaciones o la apuesta por que cada alumno tenga un ordenador: "Hay que invertir allí donde es fundamental". Aquello sonaba a recortes.
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