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Mas ahorra 3.000 millones y pide apoyo al Gobierno

Exige que se inviertan en Catalunya los 16.646 millones de 2010

ALBERT MARTÍN VIDAL

Suenan tambores de negociación entre Generalitat y Gobierno. Así lo indica la puesta en escena del president catalán, Artur Mas, que compareció ante los medios para explicar que el Govern reducirá 'al menos' un 10% el presupuesto de la Generalitat respecto al del pasado año. Una medida drástica para ahorrar 3.000 millones que acompañó de un guiño al Gobierno: el esfuerzo de contención de la Generalitat debería ir acompañado del compromiso de que recibirá del Estado idéntica financiación a la recibida en 2010: 16.646 millones de euros.

El president no entró a detallar cómo afectará el recorte, aunque sí especificó que alcanzará a todos los departaments. 'Debemos hacerlo para garantizar la solidez de las finanzas públicas y, en último término, de nuestro Estado del bienestar y de nuestro autogobierno', explicó. Tras anunciar 'sacrificios durante un tiempo', que fija en dos años, recordó que en el apartado de ingresos 'el margen no es demasiado grande' y planteó un pacto al Gobierno: 'Nos tiene que garantizar los mismos ingresos que en 2010'.

Para recordar la legitimidad en que se apoya para hacer esta exigencia, se refirió a los nuevos y negativos datos del paro. 'Esta es la herencia que tenemos, una herencia social muy dura', dijo, antes de referirse al 'desbarajuste' de las finanzas públicas catalanas y a las 'altísimas cotas de irresponsabilidad que se han dado en el Estado durante mucho tiempo'.

Mas señaló que el documento que explica el ajuste de la Generalitat se entregará este mismo lunes y que con él empezarán unas negociaciones que tienen como objetivo encontrar fórmulas para que el Govern reduzca su déficit al 1,3% que exige el ejecutivo central tras un año en que se ha alcanzado el 3,6%.

Uno de los aspectos que habrá que abordar es la posibilidad de que el Govern pueda emitir deuda, fórmula que Mas echó en cara al Tripartito pero a la que ahora deberá recurrir. En total, la Generalitat prevé que en 2011 deberá recurrir a entre 10.000 y 11.000 millones de crédito. La segunda novedad que arrojó la comparecencia fue que el recorte será de unos 3.000 millones de euros respecto a 2010 y que el 10% de ajuste puede superarse en algunos ámbitos.

El aspecto más controvertido del plan de Mas para sanear las cuentas de la Generalitat es su política fiscal. Ayer volvió a repetir que su modelo 'no pasa por aumentar impuestos'. E incluso confirmó que suprimirá el impuesto de sucesiones, una importante fuente de ingresos para la Generalitat, tal y como anunció durante la campaña. 'Si no lo hacemos, este Govern perderá credibilidad', dijo. En lo que sí ha cambiado de opinión es en lo referente al impuesto de donaciones que no suprimirá y al del resto de tasas que subió el Tripartito: prometió rebajarlas al nivel de 2006, cosa que ayer mismo fue descartada por el president.

Mas sabe que se avecinan tiempos duros y que no puede polemizar ahora con un Gobierno al que necesita. Tal vez por ese motivo se negó a comentar ayer el artículo publicado por Jordi Pujol esta semana en que afirmaba que el autonomismo ha tocado a su fin y que es el momento de explorar la senda soberanista. Efectivamente, se aproxima una negociación.

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