Este artículo se publicó hace 17 años.
"¡Más fuerte, que me quedo sin batería!"
Un menor recibe una paliza mientras sus agresores lo graban con el móvil
Al hijo de José Antonio le partieron la cara la semana pasada. Y la boca. Y le dejaron el cuerpo lleno de moratones. “Cuando fuimos a buscarlo, tenía el cuerpo masacrado”, cuenta su padre.
Los hechos ocurrieron el lunes, 22 de octubre, en Boiro, en la costa coruñesa. Ahora, al hijo de José Antonio lo conoce media España: la televisión ha difundido las imágenes de la brutal paliza que los agresores registraron con un móvil.
Mientras lo golpean, el joven que está grabando jalea al que se ocupa de pegarle: “¡Más fuerte, que me quedo sin batería!”. El hijo de José Antonio ya está en casa, con dos dientes menos y el cuerpo lleno de moratones. Dicen sus padres que tiene miedo, que no quiere salir a la calle, ni volver al colegio. La Fiscalía ha ordenado el internamiento de uno de los agresores, el que le golpea.
Hay quien trata de disculparlos y encuentra un motivo para lo sucedido. El chaval agredido había golpeado a otro de nueve años sólo unos días antes. Y también hubo un teléfono móvil por medio, con grabación incluida.
“Yo vi esas imágenes, y no tiene nada que ver”, aclara su padre. “Hay mucha diferencia: le empuja, se cae, y ya está, lo deja. Sólo hay que ver las imágenes para darse cuanta de la diferencia. Lo que le hicieron a mi hijo es una salvajada”.
La “salvajada” comenzó con una declaración de intenciones: “No vas a volver a tocar a mi hermano”, impreca el agresor. Y después comienza con el recital de golpes. El joven que graba acompaña la paliza con unas exhortaciones que parecen sacadas del catálogo de lo escalofriante: “¡Este vídeo vale su peso en oro!”, grita en un momento. “¡Dale en la cara, en la cara!”, vocifera después.
“Lo que peor me parece es lo que dicen”, lamenta José Antonio. “Todos los chavales son siempre algo revoltosos, y todos tuvimos peleas cuando teníamos esa edad, pero esto es un delito, se ensañan, es una brutalidad”.
La denuncia
El pasado lunes, alguien llegó a casa de José Antonio para decir que a su hijo le habían partido la cara en el muelle de Escarabote. “Nos fuimos corriendo a buscarlo y lo llevamos al hospital”. El menor pudo irse a dormir a su casa pero al día siguiente continuaron las pruebas médicas. Ahora luce un descampado en la boca, deberán implantarle los incisivos superiores.
Hay otras consecuencias de la acción cuya resolución podría ser más complicada. “Vamos a llevarlo al psicólogo”, dice el padre. El joven le ha cogido miedo a los demás, al colegio, a las represalias de los amigos.
El padre del menor agredido, José Antonio, asegura que va a mantener la denuncia. “Esos chavales merecen un castigo muy serio”, sostiene. “Lo que hicieron es una animalada, en una de esas patadas pudieron matar a mi hijo”.
La Fiscalía del Menor escuchó ayer las explicaciones del agresor físico y de su amigo el del móvil. Decidió aplicar medidas de internamiento para el primero de ellos.
El fiscal portavoz de la Fiscalía del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, José Piñol Rodríguez, señaló que, en función de las declaraciones, habrá medidas de protección para la víctima y también para el supuesto agresor, con la finalidad de “arroparlo” ante posibles represalias de familiares o amigos de la víctima.
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