Este artículo se publicó hace 13 años.
Medicamentos: genéricos y marcas son equivalentes, pero no iguales
La decisión del Gobierno de obligar a prescribir por principio activo reaviva el debate entre medicamentos genéricos y de marca
La decisión del Gobierno de obligar a los médicos a prescribir por principio activo, esto es, a consignar en las recetas sólo el nombre científico de un medicamento, sin especificar su marca comercial, ha vuelto a reavivar un viejo debate que seguía latente: el de las diferencias entre genéricos y medicamentos de marca.
Catorce años después de la introducción de los primeros genéricos en España, pocos dudan ya en el sector sanitario de que los fármacos de marca y los genéricos son equivalentes en eficacia y seguridad. No obstante, los médicos reconocen que el cambio de la marca al genérico, que aparece cuando vencen los diez años de patente del fármaco original, puede generar problemas. Así, la apariencia de los medicamentos es diferente, lo que complica el cumplimiento del tratamiento, sobre todo en pacientes mayores y polimedicados. Por otro lado, hay pacientes que, de forma subjetiva, tienen más confianza en el medicamento de marca y se resisten a cambiarlo, aunque no haya datos científicos que apoyen tal decisión.
Hay enfermos que pueden tener intolerencia a algún excipiente
De hecho, uno de los estudios más completos realizados sobre la materia, el dirigido en 2008 por Aaron S. Kessel-heim, de la Universidad de Harvard, concluyó que, pese a la percepción de algunos médicos y pacientes, no hay diferencias en eficacia entre ambos tipos de fármacos. Para llegar a esta conclusión, Kessel-heim analizó 47 estudios científicos que comparaban genéricos y marcas en los distintos ámbitos de la enfermedad cardiovascular.
"En este tema hay mucha subjetividad, y aunque no debe haber diferencias entre marcas y genéricos, en algunos casos sí se detectan problemas al cambiar de medicamento", explica Miguel Ángel Hernández, coordinador del grupo de utilización de fármacos de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria. Estos problemas, sin embargo, no tienen que ver con la composición del fármaco, sino más bien con su apariencia: "Para los polimedicados el cambio puede suponer un trastorno por las diferencias en la presentación; la apariencia es muy importante".
Sí es cierto, sin embargo, que hay una pequeña parte de pacientes que, al sufrir intolerancia frente a algún excipiente, como la lactosa, sí pueden notar trastornos reales.
"En este tema hay mucha subjetividad", dice un experto
En el ámbito hospitalario las diferencias entre presentaciones también pueden crear problemas. Así, desde la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, su presidente, José Luis Poveda, resalta que marcas y genéricos no son distintos en cuanto a la eficacia y seguridad del principio activo, aunque no puede decirse lo mismo del "acondicionamiento" de las presentaciones, donde sí hay "importantes diferencias" que pueden incidir a la hora de realizar un adecuado manejo del fármaco. En este sentido, desde esta sociedad científica se aboga por que elementos de seguridad como el código de barras, el empleo de distintos colores en las diferentes dosificaciones para evitar confusiones o en los sistemas de protección para dificultar roturas, por ejemplo, en los citostáticos, estén presentes en todos los fármacos, ya sean marcas o genéricos, algo que no ocurre en la actualidad.
El factor humanoClaro que también hay que tener en cuenta "factores personales", como la "confianza" del paciente en una marca que lleva años tomando, un argumento que esgrime la industria de fármacos originales. Así, Humberto Arnés, el director general de Farmaindustria, la patronal del sector, consideraba recientemente que "con la marca la adherencia al tratamiento es mayor porque es el producto de referencia, y es el mismo siempre".
En este sentido, la vicepresidenta de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), Paloma Casado, señala que aunque el paciente "no tiene por qué notar la diferencia", puede existir una mínima variación en la cantidad del principio activo, aunque siempre garantizando que ambos productos sean bioequivalentes. Casado señala, por otro lado, que los genéricos "también tienen distintas marcas", de forma que cuando se prescribe uno de estos productos "en la farmacia te pueden dar cualquiera", lo que confunde al paciente.
En cuanto a la eficacia, Casado afirma que "siempre hay algún paciente al que el medicamento genérico no le sienta igual de bien", ya sea por la diferencia en los excipientes por el ya citado factor psicológico de la confianza hacia una marca concreta. Pero este factor no sólo existe en los pacientes, sino que, según Casado, también hay médicos que "tienen más en la cabeza" el medicamento de marca y les cuesta recetar genéricos.
Asimismo, el hecho de que se haya transmitido la idea de que los genéricos se prescriben sólo porque son más baratos tampoco ayuda a que los pacientes confíen de la misma manera en estos fármacos que en los originales. "Pero también hay que pensar en la economía", agrega.
Desde el ámbito farmacéutico, el presidente de la patronal de la Federación Española de Farmacéuticos Españoles (Fefe), Fernando Redondo, también reconoce que puede darse "cierta confusión" ante el "cambio continuo" de la presentación, si bien es un problema que se subsana en las propias boticas. En cuanto al efecto de unas y otras medicinas, no tiene dudas: "En la eficacia no hay diferencias; genéricos y marcas están sujetos a los mismos estándares".
Pese a esta equivalencia y al menor precio de los productos, los genéricos siguen sin despegar del todo en España, y pese a que fueron introducidos en 1997 su penetración en el mercado aún está lejos de la conseguida en otros países de Europa. En este sentido, los fabricantes reclaman al Ministerio de Sanidad "más medidas orientadas a la promoción del genérico". Ángel Luis Rodríguez, director de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (Aeseg), considera que la apuesta por la prescripción por principio activo no tiene por qué traducirse en un aumento de las ventas de genéricos y pone como ejemplo el caso de Andalucía, la comunidad pionera en este procedimiento. Allí, según resalta Rodríguez, el 90% de las prescripciones se hacen por principio activo y sin embargo sólo el 32% de las dispensaciones son de genéricos.
Primar al genéricoEn este contexto, reclama que Sanidad que no modifique el artículo 85 de la Ley del Medicamento, que tal como está redactado ahora prima al genérico frente a la marca cuando el médico prescribe por principio activo y ambos tienen el mismo precio. El Ministerio de Sanidad tiene previsto cambiar este artículo de la norma para compensar a los laboratorios fabricantes de fármacos originales por el impacto de las últimas medidas de ahorro farmacéutico.
En cuanto a las supuestas diferencias de eficacia entre ambos tipos de medicinas, Rodríguez afirma que se trata de "leyendas urbanas con el único objetivo de desprestigiar a los genéricos".
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