Este artículo se publicó hace 15 años.
Montilla y Camps se unen por el corredor mediterráneo
Primera reunión entre presidentes vecinos en siete años
La reunión de ayer entre Francisco Camps, presidente valenciano, y José Montilla, presidente catalán, se puede calificar como un intento de deshielo. El encuentro es el primero que mantienen los mandatarios de las dos comunidades desde que Francisco Camps llegó al poder en 2003. La conversación, a puerta cerrada, duró casi dos horas y evitó los temas de conflicto entre las dos comunidades autónomas para centrarse en la economía. Los dos plantearon medidas que permitan a las dos regiones seguir siendo la "locomotora de España", en palabras de Camps.
La reunión se centró en los intereses económicos comunes. El tema estrella fue el fortalecimiento de las conexiones a través del llamado corredor mediterráneo. Supondría la creación de vías de ferrocarril con ancho europeo desde el sur de Francia hasta el sur de España para facilitar el transporte de mercancías, la extensión del AVE y el refuerzo de las carreteras.
Camps y Montilla acordaron exigir la agilización del proyecto al Gobierno central y coincidieron en la necesidad de que forme parte de las prioridades europeas en materia de infraestructuras. El corredor es una de las viejas exigencias del mundo empresarial en las dos comunidades autónomas, que desde hace años clama por la normalización de las relaciones políticas por el bien de las relaciones económicas.
El otro centro del debate fue la financiación autonómica, en la que ambos gobiernos tienen cálculos económico-financieros "prácticamente homogéneos", según Camps, que añadió que en ambos territorios ha habido un aumento de un millón de habitantes en los últimos años. Los dos defendieron de nuevo el criterio de población como el básico para el reparto de fondos.
Camps y Montilla prometieron que la fluidez en las relaciones será la nueva tónica entre ellos. Y explicaron la razón principal: Catalunya es el mejor cliente del País Valenciano y viceversa.
La comparecencia posterior al encuentro estuvo llena de sonrisas y complicidades y promesas de nuevas reuniones. Lejos quedaron los temas de conflicto entre las dos comunidades autónomas, como las diferentes políticas que ambos gobiernos mantienen respecto a la lengua que comparten o el derogado trasvase del Ebro.
Las preguntas comprometidas fueron despachadas con frases breves que no aportaron información. Así sucedió con uno de los asuntos más espinosos, el referente a las trabas del Gobierno de Camps a la emisión de TV3 en el País Valenciano. De momento, la televisión se ve gracias a los repetidores de una asociación cultural, que la Generalitat ha comenzado a clausurar.
¿Cuándo permitirá Camps que TV3 emita con normalidad en su territorio? Su respuesta fue la misma que en los últimos meses: habrá reciprocidad cuando el Gobierno de España conceda a la Generalitat un nuevo múltiplex para la Televisión Digital Terrestre. Un argumento que asegura al conflicto una larga vigencia, porque el Ejecutivo central insiste en que no es necesario. Por su parte, Montilla se limitó a señalar que en Catalunya no hay problemas para ver Canal 9.
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