Este artículo se publicó hace 12 años.
Montoro se confiesa
El ministro abrió sus dudas pecaminosas sobre el déficit al 'Financial Times Deutschland'
Mira por dónde, a seis días de la entrevista que mantendrá Mariano Rajoy con Angela Merkel, tenía que ser un periódico alemán, de capital británico, pero alemán al fin, el Financial Times Deutschland, el que hiciera de confesionario para que la sacerdotisa, en este caso la periodista Birgit Jennen, pudiera arrancar al el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, sus pensamientos pecaminosos sobre el objetivo de déficit fiscal para 2012.
Montoro, después de anunciar, el pasado miércoles, día 18, que se cambiará el código penal para perseguir penalmente a aquellos que violen los objetivos de déficit, le susurra a la periodista, sin secreto de confesión, que no promete nada y que la cifra del 4,4% de déficit está basada en una previsión de crecimiento obsoleta ya que en lugar de experimentar un crecimiento del 2,3% España atravesará una nueva recesión en 2012. "Será un año difícil, excepcional", señala.
La periodista es la que ha captado lo que le transmite el ministro: no promete nada. Todo lo más: Montoro cree que "es deseable y sería bueno cumplir" el objetivo del 4,4%. Pero el ministro recuerda que en 2003 el techo del 3% para el déficit se rompió por parte de los "grandes países". No le pone nombre porque todos sabemos que fueron Alemania y Francia. Pero añade: "No fue por nosotros". Y a continuación agrega: "El objetivo del gobierno es reducir tan pronto como sea posible el déficit por debajo del 3%. Necesitamos tiempo para superar la crisis".
Nada más ver esta confesión repicada por las agencias de noticias, el Ministerio de Hacienda afirmó que el objetivo del 4,4% para el déficit de 2012 es irrenunciable. Ayer, tras el Consejo de Ministros la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría corrigió a Montoro tanto sobre las dudas del déficit como sobre su sonada promesa de perseguir penalmente a los violadores del déficit.
Estamos, pues, atrapados en la histeria del déficit. Pero la confesión de Montoro, ¿ha sido acaso un malentendido? Pues, no. ¿Cómo lo sabemos? Porque, dentro del equipo de Rajoy, antes de las elecciones del 20-N, el tema de llegar al objetivo del 4,4% en 2012 fue objeto de debate. Montoro, cuya alergia al déficit es de todos conocida, era sin embargo de la idea de pedir una tregua a los alemanes. Algo parecido a una prórroga como la que proponía Alfredo Pérez Rubalcaba. Otros potenciales ministros, como Luis de Guindos, veían esa prórroga como impracticable.
Ha sido una septimana horribilis para Montoro en términos de imagen de un gobierno de Rajoy que intenta presentarse como lo opuesto al guirigay que solía exhibir el gobierno de Zapatero. Pero en este pecado (la duda de Montoro), más allá del correctivo de la vicepresidenta, no debería haber realmente penitencia. Porque la reducción de caballo del déficit de 38.000 millones de euros durante 2012, con una economía en el umbral de la recesión, es un choque cuyas consecuencias se extenderán durante años. Más que dudas, Montoro, en realidad, debería advertir que es un suicidio, económico y político.
Mientras vamos hacia tal desenlace, ¿qué pasa en el sector privado español?. El McKinsey Global Institute ha publicado esta semana una actualización de su estudio realizado hace dos años sobre la deuda y el proceso de desendeudamiento. El nuevo trabajo analiza las diez economías más grandes, entre ellas España.
"Como en el Reino Unido, el proceso de desendeudamiento procede lentamente en España. La deuda total de España subió del 337% del PIB en 2008 al 363% a mediados de 2011, debido al rápido aumento de la deuda gubernamental [tras un endeudamiento público moderado hasta 2007]. La deuda viva en relación con la renta disponible ha caído desde entonces solo 6 puntos porcentuales", señala el nuevo informe.
Y atención sobre las empresas españolas. "España tiene unos inusualmente altos niveles de deuda corporativa: el ratio deuda/pib de las empresas no financieras es 20% más elevado respecto de Francia y el Reino Unido, el doble respecto a las empresas de EE.UU y tres veces al de las de Alemania" ¿Solo por la construcción? "Parte de la razón es el sector inmobiliario, pero encontramos que la deuda corporativa en otras industrias es más alta en España que en otros países", señala.
Con el sector privado, empresas y bancos, en estado de coma, y con la retracción del consumo de las familias, abocadas a reducir como sea su enorme deuda, la operación quirúrgica fiscal que prepara Rajoy (para después de las elecciones andaluzas, claro) agravará la recesión y, por supuesto, el paro. Precisamente por ello Rajoy ya incluyó en su discurso de investidura, cuando no tenía aún las cifras oficiales de la EPA de todo 2012, que España tiene 5,4 millones de parados. Es decir: es una herencia que dejó Zapatero. Esta cifra, en todo caso, sólo se podrá confirmar, o no, el próximo viernes día 27 cuando el Instituto Nacional de Estadística (INE) aporte los datos.
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