Este artículo se publicó hace 13 años.
Una mujer lleva 17 años buscando al hombre que mató a su hermana
Una bala certera acabó con la vida de Elena; su compañero de trabajo, Esteban, pudo esquivar un disparo, el otro le mató
Una bala certera acabó con la vida de Elena; su compañero de trabajo, Esteban, pudo esquivar un disparo, el otro le mató. 17 años después del doble crimen ocurrido en un supermercado del polígono industrial de O Ceao, en Lugo, las familias siguen sin saber "dónde está el asesino". Isabel López, hermana de Elena, cree que no se investigó "a fondo" lo sucedido aquel 30 de abril de 1994. Como no estaba dispuesta a permitir que los crímenes prescriban y que el asesino (o asesinos) quede impune, el pasado 5 de septiembre se puso en huelga de hambre.
Durante 24 días, Isabel no probó bocado; aparcó su coche frente a los juzgados y allí permaneció día y noche. "Hay flecos pendientes que podrían ser esclarecedores", repetía como una cantinela. Cuando la salud le empezó a fallar, algunos familiares se sumaron a la huelga. Hasta que esta semana el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia escuchó sus reivindicaciones y pronto se iniciará la investigación por la vía penal.
Isabel confía en la Justicia a pesar de que acumula muchas decepciones. A principios de año, la Policía le dijo que elaboraría un álbum de sospechosos, después de que un testigo afirmara haber visto a tres personas a las puertas del Cash Record, el súper en el que sucedió todo. A día de hoy, ese álbum todavía no existe, como nunca se hizo nada por averiguar quién era el dueño de un Ford Fiesta blanco, con matrícula de A Coruña, que estuvo aparcado en el lugar del crimen, a la hora de autos. Isabel López tiene más argumentos para criticar cómo se ha llevado la causa. Un agente de la Policía Local que participó en las pesquisas llegó a declarar que "no se profundizó todo lo que se podía" en la investigación y, aunque sigue dispuesto a colaborar, un problema de competencias se lo ha impedido.
Casquillos de balaLos casquillos de las tres balas disparadas tampoco ayudan a despejar dudas. Lo único seguro es que la munición que mató una tarde de primavera a Elena, cajera, y a Esteban, reponedor, salió de un arma corta, probablemente de una Star modelo BM, empleada en la época por la Guardia Civil, pero también utilizada en la práctica de tiro. El de O Ceao fue un atraco demasiado sangriento: de la caja del supermercado desaparecieron casi cuatro millones de pesetas en efectivo y varios talones, que nunca nadie cobró.
El caso terminó archivado. Hasta que el año pasado el testimonio de un viandante, que leyó las pancartas de Isabel, aportó nuevas pistas que permitieron su reapertura. Isabel es consciente de que en tres años, si no se encuentra a los culpables, el crimen prescribirá. Para conseguir que se haga justicia, durante días solo ingirió agua y bebidas isotónicas. "Sé que la huelga de hambre me pasará factura, pero he hecho lo que debía".
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