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El mundo centra su agenda en los olvidados del milenio

Comienza en Nueva York la cumbre que revisa los ocho objetivos fijados para acabar en 2015 con la pobreza. Las ONG exigen a los gobiernos que aumenten los esfuerzos para lograrlos

SUSANA HIDALGO

'Los Objetivos del Milenio son un fiasco'. La frase no la ha dicho ningún miembro de una ONG, ni un hippie iluminado, la pronunció el viernes pasado Olivier de Schutter, relator especial de Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación. 'Los Objetivos del Milenio han sido útiles para movilizar dinero y energías, pero ignoran las causas más profundas del subdesarrollo y del hambre, porque se centran en objetivos meramente estadísticos', advirtió Schutter.

Hoy comienza en la sede de Naciones Unidas en Nueva York una cumbre mundial para revisar los llamados Objetivos del Milenio, ocho retos fijados en el año 2000 para terminar con la pobreza y que tienen que estar cumplidos en 2015. Este año, en 2010, la reunión sirve para revisar cuánto y cómo se ha avanzado en el cumplimiento de esa estadística. Alrededor de 140 jefes de Estado y de Gobierno hablarán de erradicar la pobreza extrema y el hambre, reducir la mortalidad materna o promover la igualdad entre géneros.

En algunos países como Ghana o Nicaragua ha habido avances

¿Sirven de algo estas cumbres o son sólo para lograr una foto de familia y para que los presidentes de gobierno aprovechen la ocasión para mantener encuentros bilaterales totalmente ajenos a la pobreza? 'Los Objetivos del Milenio son un compromiso de mínimos, pero suponen una oportunidad importante para mejorar las condiciones de vida de mucha gente, para por lo menos colocar el tema en la agenda mundial', señala Arturo Silva, director de operaciones de la delegación española de Médicos del Mundo.

La estadística señala que, a no ser que se multipliquen los esfuerzos, va a ser prácticamente imposible conseguir los logros en 2015. Un ejemplo: la hambruna. En 2000, año en que se fijaron los Objetivos del Milenio, el 14% de la población mundial estaba desnutrida. Ese año se fijó que en 2015 el porcentaje tendría que estar reducido a la mitad, es decir, al 7%. Actualmente, en 2010, sólo se ha conseguido reducir el número de personas que no tienen para comer en medio punto porcentual: a tan sólo el 13,5%. 'Hay alimentos para todos. Si hay voluntad se puede acabar con la hambruna', señalan en Intermón-Oxfam.

La hambruna sólo ha bajado medio punto porcentual en 10 años

Carlos Jiménez, responsable para España del Centro Regional de Información para Europa Occidental de Naciones Unidas, asegura que no tiene 'una bola de cristal' para saber qué va a ocurrir de aquí a 2015, pero se muestra 'optimista'. 'Los objetivos son susceptibles de ser conseguidos y se pueden conseguir, aunque es cierto que no son la panacea universal para resolver los problemas', reconoce Jiménez. 'Tenemos cinco años más por delante, si aceleramos los esfuerzos se llegará, pero la participación ciudadana es esencial', añade Marina Navarro, coordinadora de la Campaña del Milenio de Naciones Unidas en España, que reconoce que 'la fecha se está echando encima'.

Como previa a la Cumbre de Nueva York, esta campaña organizó el pasado fin de semana una serie de actos por toda España centrados en hacer ruido a través de música o caceroladas. El mensaje de la lucha contra la pobreza quedó plasmado en carreras populares, actos infantiles o en lecturas en la calle.

A pesar de que no cuesta encontrar gente que se apunte a actos lúdicos solidarios, la realidad es que en tiempos de aguda crisis económica el mensaje de que es necesario seguir aportando ayuda a los más necesitados empieza a flaquear. El último eurobarómetro señala que el 17% de los españoles considera que la Unión Europea no debería aumentar su ayuda al desarrollo por causa de la recesión económica, a pesar de que se ha comprometido a ello. Este rechazo ciudadano se ha multiplicado por tres en tan sólo un año, cuando ese porcentaje era de un 6%.

El número de españoles reacios a subir la ayuda ha crecido por la crisis

El Gobierno español ya ha aplicado la receta de la crisis económica y recortará la Ayuda Oficial al Desarrollo en 800 millones de euros para los próximos dos años. Soraya Rodríguez, secretaria de Estado de Cooperación Internacional ha remarcado en varias ocasiones que el recorte no afectará a programas esenciales de la cooperación española. Rodríguez asegura también que en 2015 el Gobierno español llegará a destinar a cooperación el 0, 7% de la Renta Nacional Bruta.

Respecto a la utópica consecución de los Objetivos del Milenio, la secretaria de Estado señala que lo importante es que, en algunos países, sí que se están consiguiendo logros. 'Estamos mejor con esta agenda que sin ella', apunta Rodríguez, que añade que la labor de los gobiernos de los países en desarrollo para redistribuir la riqueza es esencial.

José Antonio Hernández del Toro, portavoz de Intermón-Oxfam en España, coincide con Rodríguez en que algunos países que han aplicado la agenda sí que han conseguido avances. 'Como Nicaragua, Brasil o Ghana', señala del Toro, que insiste en señalar que la mala noticia sigue estando en que 'una de cada seis personas pasa hambre en el mundo'.

Hay otros objetivos difíciles de medir por la estadística pero que las ONG coinciden en que se ha avanzado muy poco. Como la igualdad entre hombres y mujeres. 'Apenas se han producido avances, las desigualdades están muy escondidas', denuncia Alberto Casado, coordinador de campañas de Ayuda en Acción. Esta organización destaca lo conseguido por algunos países africanos como Ruanda, que ha aumentado el número de parlamentarias impulsando así la participación política de las mujeres. Casado cree que 'al ritmo actual los Objetivos del Milenio no se van a cumplir' y considera imprescindible el papel de la sociedad civil para hacer llegar a los gobiernos el grito de que 'es inmoral lo que está pasando en pleno siglo XXI'.

Los líderes mundiales tienen la oportunidad en los próximos tres días en Nueva York de que los Objetivos del Milenio no se queden en una mera declaración de intenciones. 'Esperemos que la cumbre no quede sólo en una foto de familia y que no pongan excusas de que no se puede hacer nada por culpa de la crisis', concluye Arturo Silva, de Médicos del Mundo, con la cabeza puesta en los más de ocho millones de niños que murieron el año pasado por causas perfectamente tratables o previsibles.

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