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Los obispos admiten que Losantos no cumple el ideario de la Cope

El Episcopado evita pronunciarse sobre el futuro del locutor y anuncia más control a la emisora

MIGUEL ÁNGEL MARFULL

El ideario de la Cope es un texto aprobado por la Conferencia Episcopal en abril de 1991. El documento compromete a todos sus trabajadores e impone como una obligación el “servicio a la verdad, con espíritu de convivencia y criterio independiente”.

La sentencia del caso Gallardón establece que, sin embargo, el locutor estrella de la radio de los obispos, Federico Jiménez Losantos, “imputó hechos falsos” y “utilizó de forma reiterada insultos y descalificaciones” atentatorios contra el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. De este modo, la conducta de Losantos es constitutiva de un “delito continuado de injurias graves con publicidad” castigado, en este caso, con una multa de 36.000 euros.

Con este prólogo, los obispos se vieron ayer obligados a encarar en público, por primera vez, la actual deriva de la Cope. En un ejercicio de difíciles equilibrios, el portavoz del Episcopado, Juan Antonio Martínez Camino, confirmó su fama de bailarín dialéctico.

El futuro de Losantos

“Los obispos no son los empresarios de la Cope”, llegó a decir, aunque la Conferencia Episcopal es propietaria del 50% de las acciones de la cadena. Diferentes diócesis españolas poseen otro 20% de la emisora.

Martínez Camino trató de lavar las manos de los obispos y dejar cualquier responsabilidad —presente o futura— sobre la Cope en el tejado del consejo de administración de la emisora, presidida por un hombre de Rouco, Alfonso Coronel de Palma, cuya gestión es ahora cuestionada por los obispos. Después de la condena por el caso Gallardón, el futuro de Jiménez Losantos queda también comprometido, aunque el locutor tiene firmado un contrato que le liga a los obispos hasta el año 2009.

El episcopado “no es competente para decidir si se rescinde un contrato o no; no tiene esa competencia”, señaló ayer Martínez Camino. “La Conferencia no toma decisiones empresariales”, insistió. ¿El programa de Jiménez Losantos cumple el ideario de la Cope? “Mi opinión no se la voy a dar. La Conferencia no ha emitido ningún juicio sobre ese asunto”, despejó en varias ocasiones el portavoz. Finalmente, aceptó responder. ¿Injuriar y calumniar va contra el ideario de la Cope? era la pregunta.  “Evidentemente”, fue la respuesta de Martínez Camino, tan lacónica como resignada.

La Cope, vigilada

La nota que distribuyeron los obispos al término de la reunión que iniciaron el martes recoge, por primera vez, términos de preocupación sobre el fondo y las formas que exhibe la Cope.

Los propietarios de la emisora anunciaron que “se proponen intensificar la relación de la Conferencia Episcopal con la dirección y el consejo de administración de la cadena”. Su objetivo es “seguir velando por el respeto al ideario de la Cope y a la exigencia de su cumplimiento”, norma de orientación obligada “para todos”, según enfatiza el comunicado.

La Conferencia Episcopal pone así en libertad vigilada a su locutor mejor pagado, aunque no se pronuncia sobre su futuro. “No es nuestro negocio”, señaló Martínez Camino. Los obispos admiten que han mantenido “un extenso y rico diálogo” sobre “la situación actual y perspectivas de futuro de la cadena Cope”. Este jeroglífico verbal se sustancia en el término que Martínez Camino deslizó posteriormente: “viabilidad”.

Cálculo de beneficios o pérdidas ante un horizonte sin Losantos, cuyo programa genera buena parte de los ingresos de la emisora. Sumas y restas que han ocupado dos días de trabajo en la sede de la Conferencia Episcopal.

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