El Papa ve "burla" y "hostilidad" contra la fe en España

Benedicto XVI no pierde oportunidad para atacar al laicismo en España. Si en el viaje que hizo a Santiago y Barcelona en el pasado noviembre cargó contra el "anticlericalismo" y el "securalismo agresivo" que a su juicio existen en España, ayer denunció la existencia de "formas a menudo sofisticadas de hostilidad contra la fe".

Ante la nueva embajadora de España en la Santa Sede, María Jesús Figa, a quien recibió ayer, el Papa aseguró que esta "hostilidad" se expresa "renegando de la historia y los símbolos religiosos". Además, indicó que el hecho de que "en ciertos ambientes se tienda a considerar la religión como un factor insignificante no justifica el tratar de marginarla" mediante "la burla, la denigración, la discriminación e incluso la indiferencia ante episodios de clara profanación". [En una velada referencia a la protesta en la capilla de la Universidad Complutense].

En este contexto, Ratzinger, que ayer cumplió 84 años, pidió a las autoridades españolas que "procuren fomentar siempre" todo aquello que permita "el desarrollo auténtico de sus derechos y libertades", que incluye "la expresión de su fe y de su conciencia, tanto en la esfera pública como en la privada".

Figa, que presentó sus credenciales al pontífice tocada con mantilla y peineta, afirmó que parte de la identidad española está en "sus raíces cristianas", que siguen "produciendo ejemplares frutos en lo individual y en lo social". Eso sí, la nueva embajadora, que es la primera mujer que ocupa este cargo, habló de que "la laicidad positiva" es la base de la relación entre ambos estados. Así, recordó que la Constitución establece "la aconfesionalidad del Estado" como el principio "de colaboración con todas las confesiones, de modo singular con la Católica".

Por otro lado, el exembajador Francisco Vázquez lamentó que en su partido, el PSOE, algunos no le consideren "idóneo" para ser Defensor del Pueblo por ser católico.