Con el sábado, la plaza de Catalunya vio alterado ayer su aspecto: miles de curiosos y turistas se acercaron al kilómetro cero barcelonés para expresar su apoyo a los manifestantes o, sencillamente, conocer de cerca una protesta que cumplía ayer su quinto día en un clima festivo, ajeno a posibles desalojos y convencido de continuar: prueba de ello es la convocatoria de una manifestación ante el Parlament para el 15 de junio.

Àngel y Anna, una pareja de maestros, se mostraban satisfechos por lo que veían: 'Hacía falta un movimiento así contra los políticos y contra tanta mentira'. Mientras asistían a una asamblea, celebraban las formas de los manifestantes. 'A los antisistema a veces les fallan las formas, esto es otra cosa', decía Anna.

Ya por encima de los 70, Maria Roig y Mercè se acercaron también a ver lo que en los últimos días han seguido por televisión. 'Estoy de acuerdo en lo que piden, pero desde mayo del 68 poco se puede hacer', explicaba Maria.

Muy cerca, una pareja llegada de Vilafranca expresaba su satisfacción: 'Ya era hora', decía Josep Maria, de 54 años. 'Esto es muy serio, un trabajazo', añadía. 'Los que les llaman ni-nis o perroflautas quieren desacreditarles y mienten', comentaba Victoria, de 48. Ángel y Luisa también han venido de fuera. 'Aquí la gente está viva', aseguraban. En su opinión, el movimiento, presente ya en una veintena de localidades catalanas, va para largo, porque 'la gente está hasta los cojones'.

Fue una tarde exótica en la plaza. Aisha, una joven neoyorquina, contaba que sus amigos quieren emular la protesta en la ciudad americana. Junto a ella, un grupo de evangelistas cantaban y repartían folletos: 'Jesús te ama'.