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La Policía investigará la protesta contra Gallardón en Chueca

Un grupo de personas que criticaba los recortes en las fiestas del Orgullo Gay increpó al regidor en la puerta de su casa

SUSANA HIDALGO

Una cacelorada convocada a través de las redes sociales en contra de los recortes del Ayuntamiento de Madrid a la próxima celebración del Orgullo Gay terminó el lunes pasado por la noche en una confrontación entre el alcalde de la capital, Alberto Ruiz Gallardón (PP), y un grupo de activistas que le increparon a las puertas de su casa. La Delegada del Gobierno en Madrid, Dolores Carrión, anunció ayer la apertura de una investigación por lo ocurrido.

Las imágenes de la protesta, que ayer circularon por internet, muestran cómo el regidor intentó hablar con los manifestantes y empezó a decir: 'Aquí viven mi mujer y mis hijos. Hacerle esto a mi mujer y a mis hijos no es de justicia'. Los silbidos, y los '¡Mentiroso!' y '¡Fuera, fuera¡' acallaron sus palabras. El regidor se dio media vuelta y se fue andando, perseguido por varios manifestantes, según explicó a este diario uno de los presentes.

La cacelorada fue convocada por las redes sociales en la plaza de Chueca en protesta porque el Consistorio madrileño ha decidido que en esa plaza no va a haber este año conciertos, porque generan mucho ruido. Las organizaciones gays consideran que la medida puede suponer el fin de la fiesta en Chueca, barrio emblemático para el colectivo homosexual.

'La cacerolada no fue convocada por ninguna de las asociaciones, fue espontánea', explicó un activista que prefiere mantenerse en el anonimato. Las tres organizaciones implicadas en las fiestas, la

Felgtb, Cogam y Aegal se han desvinculado del grupo que increpó a Gallardón, aunque algunos de ellos sí que estuvieron presentes en la primera parte de la protesta. 'Yo estuve en la cacerolada, pero una vez que se leyó el manifiesto me fui a mi casa', señaló ayer Antonio Poveda, presidente de la Felgtb, que tachó de 'intolerable' lo ocurrido con el alcalde. 'Con lo que pasó, la protesta dejó de ser legítima y se convirtió en un ataque', señaló Poveda. Sin embargo, algunos residentes consideran que la presencia de líderes del colectivo en la primera parte de la protesta pudo alentar lo sucedido después con el alcalde.

Una vez terminada la primera parte de la cacerolada, 'los presentes hicieron una asamblea', señaló un presente. 'Empezaron a decir que si nos íbamos a casa del presidente de la asociación de vecinos, que si al Ayuntamiento... y entonces alguien decidió que había que ir a casa de Gallardón (que vive en la zona)', continuó este activista. Y hasta allí se fueron, coreando lemas en defensa de los derechos homosexuales y haciendo ruido con las cacerolas.

Al llegar a la fachada del inmueble donde reside el alcalde los manifestantes se sentaron en el suelo. 'Entonces apareció el alcalde con su perro y Gallardón dijo algo así como ‘El Ayuntamiento está siempre abierto para vosotros...', contó este testigo. A la pregunta de si entonces hubo insultos por parte de los manifestantes, este chico contestó: 'Hubo de todo'.

Después del enfrentamiento y de la imposibilidad de mantener un diálogo, el alcalde se fue andando por la calle mientras aún le seguía un grupo reducido de personas. 'Al final se metió en un coche', señaló este testigo.

Las fiestas del Orgullo, que comenzarán en 15 días, mantienen enfrentados a las asociaciones que lo organizan con los vecinos, que reclaman que Chueca no puede estar tomado esos días por el ruido. Esteban Benito, presidente de la Asociación de Vecinos de Chueca, criticó ayer la presión que ejercen las organizaciones al Consistorio. La polémica continuará: anoche volvió a haber cacerolada y están previstas otras para los próximos días.

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