Este artículo se publicó hace 13 años.
El Policía que fue a sacar al perro y nunca regresó
Un agente de la Policía local fue asesinado en el día de la Madre en Las Palmas. El presunto autor de los hechos fue a juicio en septiembre por agredir al policía.
Tarde de domingo. Es el día de la Madre y una pareja llega a casa después de pasar un día en familia. La chica sube al piso y él, agente de la Policía Local de Las Palmas, se da un último paseo para sacar al perro. Minutos después, ruidos de sirenas y luces de ambulancia. El agente municipal, José Juan Santana Delgado, ha sido asesinado por la espalda.
Según las primeras informaciones de la Policía Nacional, el presunto asesino, un vecino del barrio de unos 40 años de edad, golpeó a la víctima con la culata de una escopeta para después dispararle a sangre fría en la cara con el mismo arma. Se acabó así el día de la Madre, aunque para la familia de la víctima la cosa comenzó mucho antes.
El presunto asesino golpeó a la víctima con la culata de una escopeta para después dispararle en la caraSiete años para ser exactos. En 2004 E.G.R, compañera sentimental de la víctima, se trasladó a su nueva residencia situada en Marpequeña, calle ubicada en Las Palmas de Gran Canaria. "Al principio no notaba nada", afirma la novia del agente asesinado, a pesar de que la gente del barrio le prevenía de las miradas de un vecino que se fijaba demasiado en ella.
No "notaba miradas hacia mí", añade al tiempo que reconoce que "la situación era normal, era la más joven del barrio". Meses después comenzaron las discusiones domésticas entre la joven y el presunto agresor: intercambio de protestas por los ladridos de un perro, quejas por demasiado ruido en la noche... "Nada grave", afirman fuentes de la familia.
En aquella época murió la primera mascota de E.G.R, un perro que apareció sin vida una mañana. Todavía hoy la novia de la víctima no explica el fallecimiento prematuro de su primer animal de compañía.
El agresor se defendió a sí mismo en la vistaEl incidente más grave de ellos ocurrió en septiembre de 2010, cuando el presunto asesino comenzó a chillar a la joven, sin motivo aparente, cuando la pareja salía de la casa para dar un paseo. Aquella vez el agente salió en defensa de su compañera sentimental y el presunto asesino le dió un puñetazo.
El agresor se defendió a sí mismo en la vista y el juez dictó que debía pagar 120 euros a la pareja por la agresión. Hasta en el juicio hablaba "bajito", siempre hablaba "bajito" sin perder la calma, recuerda la novia de la víctima.
E.G.R tampoco escuchó los susurros del presunto asesino el pasado domingo cuandosalió a la calle porque su novio tardaba demasiado en volver.
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