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El PP veta en Euskadi el cambio de topónimos que impulsó en Galicia

Reprueba que las provincias vascas se denominen en euskera, como pide el PNV

E. HERRERA / G. MALAINA

'No se trata [...] de cambiar nombres porque sí, sino de recuperar la ortografía correcta de aquellos topónimos que sufrieron verdaderosdesatinos'. Estas palabras forman parte del discurso con el que Fernando González Suárez, diputado del PP en el Parlamento gallego, respaldó en su ponencia ante el Congreso de los Diputados el cambio de denominación de las provincias de La Coruña y Orense por A Coruña y Ourense en 1997.

La propuesta venía de la Cámara gallega, de mayoría conservadora, donde había sido aprobada por unanimidad cuando Manuel Fraga (PP) era presidente de la comunidad. El Congreso también respaldó la iniciativa, con José María Aznar como jefe del Ejecutivo.

Pero lo que vale para Galicia, no vale para el País Vasco. La proposición de ley que el PNV registró en el Congreso el pasado 14 de octubre para modificar la denominación oficial de las tres provincias vascas por los topónimos de Araba-Álava, Gipuzkoa y Bizkaia, y que contará con el apoyo del PSOE, no ha tenido la misma aceptación. El PP vasco ya ha anunciado que se opondrá y el sector más conservador del mundo académico ha salido a la palestra para criticar la euskaldunización de los topónimos.

El portavoz de los conservadores en el Parlamento vasco, Leopoldo Barreda, asegura que su formación defenderá que la denominación actual se mantenga y rechaza cualquier iniciativa que no establezca los nombres de los tres territorios históricos en español. 'Es una de las lenguas oficiales del País Vasco', arguye. Barreda acusa al PSOE de haber cambiado su posición sólo por cerrar el acuerdo de estabilidad con el PNV y denuncia además que se trata de una 'cabezonada histórica' de los nacionalistas.

El académico de la Real Academia Gregorio Salvador, en declaraciones a Europa Press, ha calificado de 'absurda' y 'molesta para el ciudadano común' la oficialización de los topónimos vascos. El también académico Ignacio Bosque considera, sin embargo, que el cambio 'no va a afectar al uso normal de la lengua'.

El cambio de topónimos provinciales no sólo se ha producido en Galicia. En 1992, el Congreso aprobó que las provincias de Lérida y Gerona pasaran a denominarse de forma oficial Lleida y Girona. 'Razones históricas y culturales' y una 'manifiesta aceptación popular' avalaron la decisión. Asimismo, la Cámara baja admitió, en 1997, también con Aznar al frente del Gobierno, que Illes Balears afuera la denominación oficial de la provincia de Baleares.

Lo cierto es que la oficialización de la toponimia gallega que los conservadores defendieron con tanto ahínco hace 13 años se contrapone ahora al rechazo que sus compañeros de partido en Euskadi han mostrado ante la propuesta vasca.

Entonces, en el debate en el Congreso sobre la aprobación de la ley que daría luz verde al cambio en Galicia, la diputada del PP María Jesús Sáinz destacó la relevancia de 'recuperar' la toponimia como 'un paso importante en un acertado proceso de normalización lingüística'. Sáinz aludió al 'orgullo que, como españoles, debemos tener por la pluralidad lingüística de España'.

Sin embargo, Leopoldo Barreda rehúsa comparar la oficialización de los topónimos vascos con las llevada a cabo en otros territorios del Estado. 'Yo no conozco lo que dicen los Estatutos de otros lugares. Lo que sé es que el Estatuto de Guernica contempla la cooficialidad del castellano y del euskera', sentencia Barreda.

La Euskaltzaindia apoya la oficialización  

La Real Academia de la Lengua Vasca (Euskaltzaindia) califica de 'positiva' la propuesta de oficialización de los topónimos vascos. Mikel Gorrotxagi, miembro de la institución, recuerda que el Parlamento vasco, en 1992, aprobó la ley básica de normalización del uso del euskera, que contempla que la nomenclatura oficial de los territorios tiene que respetar 'la originalidad euskaldun, romance o castellana con la grafía académica propia de cada lengua'. 'Los topónimos tienen que escribirse de forma oficial y tanto Bizkaia como Guipuzkoa son nombres euskéricos', señala Gorrotxagi. El académico sostiene que en sueco, danés o noruego Bizkaia se escribe con 'b' y 'son países que han tenido una relación histórica con esta provincia'. 'No sé qué criterio científico puede haber para denominar un topónimo de una forma que no es la suya', sentencia.  

'España no se va a romper por decir Gipuzkoa' 

La Real Academia Galega acoge con agrado la proposición del PNV y defiende que 'la denominación debe responder a la lógica de la lengua que ha dominado un espacio'. '¿Qué hay más normal que un territorio que colonizaron unas familias se llame tal y como lo denominaron esas mismas familias?', se pregunta Xosé Luis Axeitos, secretario de la institución. Además, señala que, en algunas ocasiones, la castellanización ocasiona turbaciones 'dolorosas' y 'ridículas', como la traducción del municipio de Niñodaguia, en Ourense, como Niño de la Guía, cuando el verdadero significado en castellano sería Nido de Águila. Para Axeitos, la oposición al cambio no tiene 'ninguna justificación científica' y lamenta que los criterios ideológicos 'se opongan al sentido común'. 'Hay algunos que se creen que se va a romper España por decir Gipuzkoa', señala.  

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