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Primera exhumación por el caso de los bebés robados

La Fiscalía de Barcelona ordena desenterrar un bebé sepultado en 1982 por la denuncia de una familia

EFE

La Fiscalía de Barcelona ha ordenado desenterrar a un bebé sepultado en un cementerio de la capital catalana en 1982, por la denuncia de una familia que sospecha que su hijo les fue arrebatado para dárselo a otros padres y enterraron a un bebé que no era su hijo. Esta exhumación será la primera acordada por el ministerio público en España en el caso de los niños robados.

Según han informado fuentes judiciales, esta exhumación, que se llevará a cabo antes de finales de año, pretende cotejar el ADN del cadáver sepultado con el de su madre, en un caso que está investigando la Fiscalía de Madrid.

Esta exhumación, la única ordenada por el ministerio público, ya que hasta ahora sólo se habían realizado por orden judicial, ha sido acordada por la Fiscalía sin autorización del juez, dado que ésta no es necesaria si se cuenta con el consentimiento de la familia.

De hecho, la madre de bebé, que vive fuera de España, se desplazará a Barcelona para asistir a la exhumación del cadáver y facilitar a los médicos forenses las muestras de ADN necesarias para realizar el cotejo.

Además del fiscal Miguel Ángel Aguilar, encargado de la investigación de posibles bebés robados abierta en Barcelona y que ha ordenado la exhumación, asistirán al desentierro médicos forenses del Instituto de Medicina Legal, agentes de la Guardia Civil y un funcionario judicial que levantará acta de la diligencia.

La exhumación busca cotejar el ADN del cadáver con el de su madre

Posteriormente, las muestras de ADN extraídas se enviarán para su análisis al Instituto Nacional de Toxicología, encargado de efectuar el cotejo, de acuerdo con un protocolo establecido por el Ministerio de Justicia.

Los forenses que practiquen la recogida de muestras recabarán restos óseos para someterlos a los correspondientes análisis de ADN, dado que es muy improbable que el féretro contenga material orgánico, que suele desaparecer al cabo de cinco o diez años, en función de las condiciones ambientales.

Según expertos forenses, no siempre es posible encontrar muestras de ADN en el material óseo, por lo que si el féretro conservara algún resto biológico facilitaría el análisis. Los resultados de las pruebas serán remitidas a la Fiscalía de Madrid, que es la encargada de investigar el caso, ya que el parto tuvo lugar en una clínica madrileña.

La Fiscalía de distintas provincias españolas están investigando cerca de 200 casos de supuestos bebés robados, aunque hasta el momento son pocas las exhumaciones acordadas, ya que, entre otros motivos, gran parte de esos niños fallecidos al nacer fueron enterrados en fosas comunes.

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