Este artículo se publicó hace 13 años.
"El problema está en la política de personal"
El atasco en los juzgados sigue provocando demoras en los procedimientos judiciales y decepción entre los ciudadanos españoles. El turno de oficio es uno de los sectores más castigados
En las últimas 24 horas, el abogado de oficio Andrés Prieto no se ha separado de su teléfono móvil: cualquier comisaría de Madrid podía requerir sus servicios a cualquier hora del día o de la noche. En las últimas 24 horas ha atendido a siete detenidos y defendido a cuatro de ellos en sendos juicios rápidos. Ha pagado de su bolsillo los desplazamientos a la comisaría y a los juzgados. Por cada día de guardia cobra 180 euros y entre 150 y 200 por cada procedimiento. Pero Prieto no recibirá el dinero que ha ganado en las últimas 24 horas hasta dentro de un año. Igual que los casi 5.000 letrados de oficio del Colegio de Abogados de Madrid, que dan cobertura a casi toda la comunidad.
El derecho constitucional a la asistencia jurídica gratuita requiere inmediatez; una cláusula que solamente cumplen los profesionales del sector. El Gobierno de Esperanza Aguirre (PP) no paga a los letrados de oficio desde enero. "A mí me deben 11 guardias y los pagos de los procedimientos... ya ni me acuerdo", cuenta Prieto. Esta situación no es exclusiva de Madrid. La "mayoría de comunidades autónomas" está sufriendo "retrasos en los pagos a los abogados de oficio", según afirmó recientemente el vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Fernando de Rosa.
Los juicios se retrasan y a los letrados se les solapan las tareas
Especializado en Derecho Penal y Laboral, Prieto suele hacer una guardia al mes que, sumada a los procesos penales, le supone un ingreso de entre 2.000 a 6.000 euros anuales. "Empecé en el turno de oficio para aprender, pero ahora es como trabajar en una ONG", bromea Prieto. "Si no tienes vocación de dar a la gente el apoyo al que tiene derecho y de garantizar que se cumpla la ley, no pintas nada aquí", concluye.
Dos embudosCuenta Prieto que en esta última guardia, ha tenido suerte. No le han despertado por la noche y las seis primeras asistencias fueron en la misma comisaría. "En Madrid hay entre 90 y 120 detenidos diarios. Yo soy el penúltimo de una lista de 12 abogados [hay una lista por especialidad] y prácticamente no he parado, así que imagínate el embudo".
Los abogados del turno de oficio de Madrid no cobran desde enero
Así se refiere Prieto, de manera gráfica, al colapso judicial. De hecho, se producen dos embudos, como él dice. Por un lado, "hay pocos juzgados y muchísimos casos". Además, "no todos los juzgados funcionan con la misma celeridad", señala, por lo que "el problema no sólo está en el sistema, sino también en la política de personal", afirma. De hecho, según los últimos datos del CGPJ, la duración media de los procesos de primera instancia es de cuatro meses y de 12 en el Tribunal Supremo.
Por otro lado, hay muchos abogados de oficio esperando cobrar y las administraciones no sueltan ni un euro. Desde enero, al menos en Madrid, los letrados han cobrado por confirming, un servicio mediante el que una entidad financiera, de acuerdo con el Colegio de Abogados, se ofrece a avanzar el dinero que no paga la Comunidad para que los abogados reciban parte de su remuneración. Eso sí, los bancos cobran intereses, por lo que, además de tarde, los letrados cobran menos.
En protesta por ello, el Colegio de Abogados de Madrid ha suspendido el servicio de turno de oficio en varias ocasiones. El próximo paro está convocado para el 15 de noviembre, coincidiendo con la jornada de puertas abiertas del organismo. Precisamente, el CGPJ apostó recientemente por crear una agencia estatal dependiente del Ministerio de Justicia para pagar a los abogados de oficio.
Un logro democráticoEl primer colapso del que habla Prieto, el de los juzgados, se percibe al poco rato de estar en los de Plaza de Castilla. "Tengo un juicio a las 11, otro a las 12, otro a las 12.40 y otro a las 14 horas", le cuenta el letrado al funcionario que organiza las declaraciones a detenidos. Prieto tiene dos a partir de las 12. "Está claro que alguno tendrá que esperar. Aquí entras sudando y sales igual", bromea.
Prieto no para quieto ni un minuto y ni siquiera así da abasto. Se recorre los juzgados de arriba abajo en busca de documentación, sellos y firmas. Primero baja a los calabozos para preparar el juicio rápido con sus clientes. "Los presos, en su jerga de la cárcel, nos llaman la ayuda", cuenta el abogado, una definición que no dista demasiado de la realidad. "Saber que alguien está haciendo algo por ti ahí afuera es muy importante", explica. "En la comisaría los detenidos están desamparados, simplemente contándoles qué va a pasar ya se tranquilizan", añade.
Los juicios rápidos se demoran y algunos hasta se solapan. Al final, una compañera de guardia le sustituye en las declaraciones que le faltan. "La gente no ve la importancia de que el sistema funcione hasta que lo padece", opina Prieto, que insiste en que el turno de oficio es un "logro de la democracia".
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