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"El problema es que Zapatero no tiene modelo de Estado"

Presidente de ICV. El líder de la formación ecosocialista abrió ayer con su informe de gestión la asamblea del partido, que exige revisar el pacto de gobierno con el PSC y Esquerra

FERRAN CASAS / DAVID MIRÓ

Joan Saura abrió ayer la novena asamblea de Iniciativa per Catalunya Verds. La semana pasada, en un proceso de primarias, la militancia reeligió al conseller de Interior y Relaciones Institucionales y Participación para presidir el partido con más del 83% de los votos. Será su último mandato porque los estatutos no permiten un cuarto. En estos ocho años al frente del partido, Saura ha dotado a la formación de un perfil más diferenciado en relación al PSC y consolidado el espacio de la izquierda alternativa llevándolo al Govern, donde tienen dos consellerias. La asamblea vendrá marcada por las respuestas a la crisis pero también por la necesidad de ICV de dejarse notar más en el Govern y corregir algunos errores que la han desgastado en asuntos como la sequía.

Todos esperan de usted autocrítica en esta asamblea…

No sé quienes son todos. Ya hemos hecho un debate abierto y con muchas opiniones, por eso será una asamblea cohesionada y tranquila. Me he recorrido toda Catalunya y he visto un debate constructivo que debe servirnos para relanzar ICV. Lo que nadie entendería es que no hiciéramos una asamblea con un análisis riguroso de la crisis económica.

Ustedes tienen ahora más responsabilidades institucionales que nunca, pero la tendencia del partido las dos últimas elecciones es a la baja. ¿La militancia de ICV asume lo que es tener responsabilidades de gobierno?

A nivel orgánico hemos crecido mucho en militancia, en concejales y en implantación territorial. En las municipales hubo de todo y en las generales perdimos el segundo escaño por un puñado de votos. Hay luces y sombras pero el balance global es positivo. Lo que tenemos es cierta crisis de crecimiento porque buena parte de los dirigentes estamos en el Govern y eso ha producido cierto vacío en la dirección y se nota. Y por eso en esta asamblea tenemos el reto de formar una dirección que se ocupe de los asuntos internos, de la relación con el territorio… La exigencia del Govern ha sido importante para un partido como el nuestro y debemos resolverlo.

El momento es malo para el espacio que ustedes representan, el de la izquierda alternativa. Lo es en el Estado para IU pero también en el resto de Europa. ¿Les preocupa o saben como seguir siendo una saludable excepción?

Hace ocho o nueve años en Alemania, Francia o Italia gobernaban las izquierdas y el movimiento alterglobalizador estaba en auge. Desde hace cuatro años esto ha desaparecido con gobiernos conservadores o de ultraderecha. En Catalunya somos una excepción porque tenemos un gobierno con la izquierda alternativa. Y el contexto de crisis económica, energética y de modelo nos revalorizará porque se volverá a evidenciar la validez del modelo. Se verá por ejemplo que, contra el discurso de la derecha, la sensibilidad ambiental no es el problema sino la solución.

Pero yendo a lo más próximo, el Govern tiene encima de la mesa el expediente de Nissan. ¿Qué harán?

A medio plazo la industria de la automoción debe tender a coches menos contaminantes. Pero aquí hace falta un plan de reconversión, que no se puede hacer de hoy para mañana sino a través de un plan industrial a dos o tres años vista. Ahora los sectores que crean más ocupación son los sociosanitarios y la industria verde, que en Alemania o Japón son una gran realidad. Sobre el ERE de Nissan es necesario que la conselleria lo examine, pero a priori me parece que no se puede aceptar porque no hay una reconversión detrás y la empresa gana dinero.

Habla de sensibilidad ambiental e industria verde pero ésta no es la música del congreso del PSC en temas como la energía nuclear o las infraestructuras. ¿Cambiar el modelo del Govern es su reto?

Todo lo que dicen sobre el PSC no forma parte del programa de gobierno que tenemos con ellos. Nosotros estamos contra la energía nuclear y si ellos la promueven están desfasados. La crisis pone en evidencia las alternativas. Entre el PSC y nosotros hay diferencias. Pero igual que las teníamos hace cuatro años con las políticas hídricas ahora ya no las tenemos porque ellos han venido a la nuestra en el sentido de que es necesario un nuevo modelo energético. Pero está claro que el modelo de desarrollo es lo que más nos separa.

Dicen que en una de las cosas en que se nota ICV es en los frenos a algunos proyectos ¿El electorado lo percibe con nitidez?

Sí. En primer lugar a nuestros votantes les motiva que el Govern haga políticas de izquierdas. Y las hace si comparamos con CiU en vivienda, la ley de barrios, la memoria, el agua, la eduación... Hay una serie de políticas que nunca se habían hecho. En segundo lugar es evidente que hemos hecho aportaciones positivas pese a que, de entrada, se nos criticaron medidas como la reducción del límite de velocidad a 80 km en el área metropolitana o la expropiación de pisos vacíos. Y en tercer lugar están las discrepancias. Decimos pocos noes, de lo contrario seríamos inútiles. Pero los decimos cuando toca en temas importantes como la educación. Estamos en contra de la ley, que no nos gusta y no apoyaremos. Nuestra identidad no pasa por los noes sino por un gobierno de izquierdas que ha dado la vuelta como a un calcetín a las políticas de CiU.

¿Le preocupa que decir no cuando toca pueda acabar facilitando un gran pacto entre CiU y el PSC que les desplace a ustedes y a ERC?

Esto sólo ha pasado, de momento, con la ley de educación. Yo creo que lo primero en este asunto es consenso en el Govern. El conseller Maragall ha hecho una ley con aspectos positivos pero más próxima a la posición de CiU que a la nuestra. Hay una gran presión de algunos sectores por un gobierno sociovergente. A nosotros nos intentan situar en el terreno de los que paralizan al país, pero Catalunya sólo tiene salida desde las posiciones que defiende ICV, no desde la especulación, el coche privado o el despilfarro energético. Hemos de demostrar que nuestras soluciones valen y que un gobierno con CiU sería un retorno al pujolismo.

Usted lleva las difíciles negociaciones para el despliegue del Estatut y llegó a un acuerdo con De la Vega para tener la financiación en un plazo ya rebasado. ¿Qué credibilidad tiene Zapatero cuando habla de España plural visto el resultado?

Nosotros debemos dar valor al Estatut, no darlo por perdido. Más cuando vemos que, en Madrid, lo que inquieta es que pidamos el traspaso de Cercanías o la Inspección de Trabajo y no la autodeterminación. Nuestro modelo de estado es el federal que contemple la autodeterminación, pero si sólo nos quedamos en el horizonte nos equivocamos. Nos toca gestionar el presente. Me parece que el problema de Zapatero es que él no tiene modelo de Estado, sus movimientos son puramente tácticos. Él aprobó el Estatut por tacticismo pero no ha interiorizado lo que implica. En aquel trámite Catalunya estuvo sola y ahora nos encontramos con incumplimientos en el despliegue del Estatut y de las fechas para que entre en vigor el nuevo modelo de financiación. Tenemos una nueva fecha para el pacto, que es fin de año. El problema es que en Madrid no se mueven porque no tienen asumido el compromiso y cuando más te adentras en la administración del Estado más lo ves. En España, menos Gaspar Llamazares, que ya no está, nadie en la izquierda política o sindical apuesta por un Estado federal y eso nos lastra.

Confió en la España plural de Zapatero en 2004 y este verano pactó con De la Vega por la financiación y no se ha cumplido. ¿Le han estafado?

Más que estafado, constato que no han cumplido. La financiación era una condición previa para aprobar los presupuestos en el trámite del Senado. Como no han cumplido nuestros senadores los vetarán. Lo preocupante no es sólo el incumplimiento, sino que dos años después de aprobarse el Estatut el gobierno central aún no ha comparecido y no sabemos lo que dicen en temas clave de la financiación. Yo confío, pese a todo, en que habrá acuerdo porque si no lo hay habrá una crisis política de estado. Un incumplimiento es una crisis de relación entre Catalunya y España de consecuencias políticas imprevisibles.

Se habla estos días de la respuesta a un recorte del Estatut en el TC que muchos dan por hecho. ¿Cuál debe ser?

Es difícil decirlo hasta que no sepamos el contenido de la sentencia. Hay diversas hipótesis y gradaciones, desde el recorte a las lecturas interpretativas. Lo que creo que es incomprensible es que sea este Constitucional el que juzgue nuestro Estatut. El PP bloquea la renovación del tribunal y me temo que al PSOE ya le va bien que sea ese TC el que juzgue pese a que no tiene autoridad moral alguna. Esto le restará legitimidad a la sentencia pero la reacción dependerá del fallo. Yo estoy convencido que el Estatut es constitucional.

CDC se ha puesto nerviosa porque Unió pacta con Montilla una respuesta. Pero los socios del PSC parecen aparecer como simples espectadores en este asunto...

Mas y CDC están nerviosos porque se les aparta y ya no aparecen como los únicos defensores y protagonistas. Nosotros estamos por las respuestas unitarias. No nos inquieta lo que haga Montilla porque ICV y ERC hablamos cada día con él y el president no le dijo a Unió nada que no esté hablado con nosotros antes.

Los jóvenes de ICV piden paso y parece que Joan Herrera puede ser el secretario general del partido. ¿Debería bastar con eso?

Creo que somos ya el partido con la dirección más joven. Herrera es de los más jóvenes del Congreso, Raül Romeva igual en Bruselas y nuestra portavoz, Dolors Camats, más de lo mismo. En tres años hemos hecho un gran proceso de renovación, incluso demasiada para algunos. Pero la renovación seguirá pese a que habrá continuidad de personas importantes. Yo no tengo que señalar relevo porque los presidentes de ICV se someten a primarias. El domingo haré una propuesta de dirección independiente de lo que deba pasar en tres o cuatro años.

Parece que van a introducir nuevos mecanismos de participación de la militancia...

Los que ya tenemos son importantes. Tanto que algunos no se han usado aún. Lo básico es que las principales decisiones se sometan a referendo interno como hicimos con la Constitución Europea a través de consultas internas. En la próxima legislatura si debemos volver a pactar lo someteremos a referéndum pese a que hay mucha unidad en ICV en la opción del gobierno de izquierdas. Nosotros no contemplamos otras opciones a diferencia de los que especulan sobre pactos con CiU. Tampoco está de menos que los dirigentes con más responsabilidades rindan más a menudo cuentas del trabajo hecho y que mejoremos la relación entre el programa y el Govern. El problema es que, a veces, en el Govern las decisiones deben ser rápidas y no hay tiempo de consultar.

¿Le sorprenderá estos días oír en su partido aún a alguien que lamente que usted asumiera la conselleria de Interior, que dirige a los Mossos d’Esquadra?

Sí, pero no estoy de acuerdo. Por dos razones. Si vemos lo que ha pasado en muchos países de Europa, la seguridad y la inmigración han sido clave para que muchos ayuntamientos se decanten a la derecha. Es un tema estratégico. La otra cuestión es que, históricamente, la izquierda ha huido de estos temas. Se trata de garantizar derechos y libertades y nosotros debemos hacerlo. Si es un tema estratégico...

Pero ustedes se habían hartado de decir que la Policía reprime...

Lo que debe hacer la Policía es hacer cumplir el orden democrático. Si no hubiera tendríamos la ley del más fuerte sin respeto al orden democrático. Hay que garantizar derechos y esto es bueno. Si la seguridad es un tema estratégico que decanta mayorías y una garantía de derechos y deberes lo que debemos preguntarnos es por qué debe ser cosa de la derecha. Hemos tomado buenas medidas como las cámaras de video en las comisarías para garantía de agentes y detenidos, hay un consejo de seguridad, un comité de ética policial, hemos implementado programas contra la violencia de género... todas estas medidas, como incorporar elementos de formación contra la homofobia o la xenofobia en la escuela de Policía, van en esta línea.

La política del agua es otro asunto que les ha traído quebraderos de cabeza...

La política que hemos hecho es la más adelantada de Europa. No lo digo yo, sino Pedro Arroyo o Narcís Prat. Pero cuando se plantearon las medidas contra la sequía esta primavera hubo errores y problemas de gestión y comunicación que no pueden tapar la gestión estructural porque no sería justo. Pero es cierto que se cometieron errores pese a que ya están superados.

Este fin de semana ustedes se federan con las coaliciones municipales EPM y tienen encima de la mesa una oferta de Coalición Política de EUiA. ¿Basta para ampliar el espacio?

Creo que las vías de crecimiento nos llegan más a través de los independientes que se nos acercan. Hemos crecido mucho y en las EPM por ejemplo hay mucha gente independiente que se siente atraída por nosotros por todo lo que hemos innovado a nivel social o medioambiental. Muchas personas se sienten ya cerca pese a que, evidentemente, nos gusta que EUiA tenga una buena predisposición.

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