Este artículo se publicó hace 14 años.
Una promesa electoral en el burladero
Rajoy se olvida en Canarias del programa de su partido
La obligación del Partido Popular de defender la llamada fiesta nacional no se debe a la pasión que sus políticos sienten por las corridas de toros, sino que se trata de una exigencia que se impusieron en su programa electoral. En el apartado Una cultura de vanguardia, la biblia de los conservadores recoge: "La fiesta de los toros, en todos sus aspectos, será considerada como parte de nuestro Patrimonio Cultural". Por ello, se llaman a "protegerla" en distintos ámbitos, como el de las comunidades autónomas, que mencionan expresamente.
Esta exigencia autoimpuesta justifica los votos en contra de la ley antitaurina que se debatirá en el Parlament de Catalunya por parte del PP catalán, por coherencia programática. Y del mismo modo obligaría al PP canario a actuar en pro de la "difusión" de la Fiesta.
En las últimas semanas, han sido muchos los dirigentes conservadores que se han pronunciado en favor de los toros aprovechando el escenario de la iniciativa legislativa popular catalana en contra del maltrato animal. Su líder, Mariano Rajoy, aseguró el día de la votación en el Parlament que "algunos políticos deberían dejar de generar problemas donde no los hay. Que se preocupen de los que realmente importa a todos los españoles". En la misma declaración, salió en defensa de las corridas y pidió "respeto para la historia, la cultura, la tradición y la libertad de todos los españo-les". Precisamente, esa fue la exigencia que Rajoy recibió por parte de uno de sus diputados más taurinos, el sevillano Juan Manuel Albendea, que reclamó ante el presidente del partido que la llamada fiesta nacional sea posible "en todas las comunidades autónomas". Una circunstancia que hoy por hoy no se da por culpa de la prohibición canaria, al margen de la futurible reforma legal catalana.
En su programa de Gobierno, el PP no se limitó a demandar la promoción de la lidia dentro de las fronteras españolas. También insiste, por ejemplo, en la necesidad de promover "acciones de difusión cultural en el ámbito europeo", una tarea que está cumpliendo debidamente. El europarlamentario del PP Luis de Grandes organizó unas jornadas protaurinas durante el verano de 2008 en Bruselas, en la propia sede de la Cámara europea. Junto con una exposición que glosaba la belleza de la lidia, De Grandes movilizó a cuatro matadores de renombre para que le narraran a sus colegas las bondades de las corridas de toros.
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