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El PSOE arropa a Griñán para evitar una crisis de liderazgo en Andalucía

Voces críticas no descartan en privado plantear primarias tras el 22-M

A. AVENDAÑO / Á. MUNÁRRIZ

El PSOE se apresuró ayer a arropar y defender públicamente al presidente andaluz, José Antonio Griñán, tras la traumática dimisión el lunes de su número tres, el ya exconsejero de Gobernación y Justicia Luis Pizarro.

Griñán sigue siendo la figura que concita mayor consenso en el PSOE andaluz como candidato para las autonómicas de 2012. No obstante, la salida de Pizarro, en un contexto difícil por las encuestas favorables al PP y con el Gobierno andaluz asediado por el escándalo de los ERE, ha acentuado las dudas sobre su liderazgo en el partido, según varias fuentes socialistas.

Hay quien considera frágil su liderazgo por no haber pasado por las urnas, ya que llegó a la Presidencia tras la dimisión de Manuel Chaves en abril de 2009. También hay quien teme que su desconocimiento de las interioridades del partido le impedirá gobernarlo con autoridad, más ahora que Pizarro se ha marchado por las malas y la dirección del poderoso PSOE de Cádiz está enfrentada con él.

Ahora mismo no hay un debate asentado sobre si Griñán es o no el hombre adecuado, pero sí la percepción de que un mal resultado en las municipales de mayo bien podría abrir ese melón. Dirigentes andaluces críticos con el papel de Griñán como secretario general del PSOE andaluz no descartan plantear la opción de unas primarias tras el 22-M

La prioridad del aparato socialista ahora es proteger a Griñán de las convulsiones generadas por la marcha de Pizarro, elevada ya por la oposición a la categoría de síntoma de descomposición del PSOE andaluz. 'Tenemos plena confianza en Griñán', declaró ayer en Zaragoza el secretario de Organización, Marcelino Iglesias. Alfredo Pérez Rubalcaba, vicepresidente primero del Gobierno, dijo que era 'una exageración' hablar de crisis en el PSOE andaluz y expresó su 'deseo' de que Griñán sea candidato.

La consigna, adelantada ayer por la dirección andaluza, es restar importancia a la dimisión, pese a que abre una crisis de alcance aún desconocido. 'Hubo una discrepancia con un miembro del Gobierno y el presidente, en el ejercicio de sus funciones, nombra a un sustituto', dijo José Blanco, vicesecretario general, como si el dimisionario no hubiera sido el hombre fuerte del PSOE-A en la era Chaves.

Precisamente la opinión del vicepresidente tercero, por su vínculo político y personal con Pizarro desde hace 20 años, era de las más esperadas. Chaves tuvo palabras de cariño para Pizarro su 'amigo y compañero', pero echó un cable a Griñán. Ante una discrepancia que 'parece profunda', dijo, 'lo normal es proceder a un relevo', informó Efe. Y añadió que es 'un disparate' pensar en 'un enfrentamiento' entre él y Griñán. 'Quien lo crea pincha en hueso', añadió.

El portavoz del Grupo Parlamentario del PSOE en Andalucía, Mario Jiménez, llegó a manifestar incluso un leve reproche a Pizarro, del que dijo que 'no ha medido lo suficiente el daño' causado al partido con su salida.

Griñán dedicó ayer a Pizarro una breve despedida. En la toma de posesión como nuevo consejero de Gobernación de Francisco Menacho a la que Pizarro no asistió, Griñán le agradeció su 'servicio y vocación' para 'engrandecer el proyecto'. El resto de las explicaciones del Gobierno andaluz las dio, en una larga rueda de prensa, su consejera de Presidencia, Mar Moreno, que insistió en la idea de minimizar la importancia de la crisis.

Por otra parte, ayer dimitió José Antonio Gómez Periñán, número dos de Pizarro en la consejería.

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