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El PSOE se suma al pacto por temor a la respuesta de los mercados

Andalucía, Euskadi y Asturias subrayan que firmaron la declaración conjunta de la Conferencia de Presidentes 'por responsabilidad' y porque era importante trasladar 'una imagen positiva' al exterior

Mariano Rajoy logró la cuadratura del círculo en la V Conferencia de Presidentes que acabó hoy tras ocho horas de debate en el Senado. Cuadrar sus propias filas, apagar el fuego de sus barones autonómicos en torno a los Presupuestos de 2013, y también arrimar de forma insólita a los socialistas (y nacionalistas) a su molino. Al molino del compromiso inexcusable de todas las administraciones con la reducción del déficit y de tragar con todas las condiciones pedidas por Bruselas. Y de firmar, todos, una declaración conjunta sobre la situación económica de España y el futuro de la Unión Europea [descargar aquí].

Y si el PSOE orilló sus discrepancias en pro de un pacto de mínimos fue, básicamente, por 'responsabilidad' ante el ahogo financiero que sufre España. Por el marcaje de los mercados día tras día, por el escrutinio constante de las instituciones europeas y, en definitiva, por el aliento en el cogote del rescate. Porque no cabía otra cosa que lanzar un mensaje inequívoco de 'unidad' a una UE que recela de las CCAA. No sin condiciones, por descontado, pero sí sin fisuras. Los socialistas no repitieron por tanto la actitud del PP en diciembre de 2009, en la anterior cumbre autonómica, cuando hizo fracasar el documento de trabajo presentado por José Luis Rodríguez Zapatero. Entonces, el enemigo era el mismo que hoy, la crisis, aunque la coyuntura estaba a años luz del contexto actual. 

'Todos hemos querido aportar para fortalecer España en un momento difícil', asegura Griñán

Lapidarias fueron en ese sentido las palabras de Patxi López. El lehendakari subrayó que la cumbre autonómica sirvió para lanzar una 'imagen de responsabilidad y de compromiso conjunto' ante los mercados internacionales, reafirmando el compromiso de España, de todas sus administraciones, de tapar el déficit público pese a que entre los socialistas y el Gobierno de Rajoy sigan existiendo 'diferencias manifiestas' en los instrumentos y las políticas. 'Era importante trasladar una imagen positiva', apuntaló el asturiano Javier Fernández. Paulino Rivero, jefe del Ejecutivo canario –y no socialista, sino nacionalista–, también se agarró a la angustia del país y a la necesidad de lanzar un grito a Bruselas: era fundamental trasladar el mensaje 'de que el país trabaja en una misma dirección'. 

'Desde la lealtad institucional, todos hemos querido aportar –señaló el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán– para fortalecer la posición de España en un momento difícil'. Declaraciones públicas que caminaban todas en el mismo sentido. Y que en privado reproducían fuentes socialistas. 'Todo lo marca la situación económica. La incertidumbre económica, la situación de desconfianza sobre España. Además, hay que dar un mínimo de ejemplo a los ciudadanos de que somos capaces de ponernos de acuerdo', reflexionaban desde Ferraz, la sede federal del PSOE, que 'en todo momento estuvo al tanto de los tiras y aflojas que jalonaron la reunión.

Las CCAA del PSOE quieren que se revise el reparto del déficit ya para 2013

'No fue fácil llegar al acuerdo, claro que no, si no no habríamos tardado ocho horas. Pero ya desde la mañana el lehendakari había abogado por un pacto de lealtad institucional, insistió en que no valía el sálvese quien pueda, sino que de esta salimos todos juntos. La responsabilidad institucional implica que se tenga en cuenta lo importante', agregaban fuentes del Gobierno vasco a Público. Y lo importante es la obediencia a las reglas tasadas por Europa, el férreo compromiso de cumplir con el déficit y la proyección de que, como reza el documento de consenso, 'las CCAA no son el problema, sino parte de la solución'.

No obstante, los barones del PSOE tenían interés en marcar perfil, en dar una imagen de que no aceptaron todo 'a cualquier precio'. Y ahí la discrepancia más notable se visualizó con la flexibilización del objetivo de déficit, el caballo de batalla fundamental en este quinto foro autonómico. La declaración conjunta navega entre la vaguedad, aunque reconoce que el sistema de reparto del déficit –es decir, cómo comunidades autónomas y Estado se distribuyen el esfuerzo de contraer la losa del desvío de las cuentas públicas– se revisará. Los presidentes pactaron, tras horas de negociación, que 'el Consejo de Política Fiscal y Financiera [CPFF] establezca un procedimiento de cara al año próximo para determinar los criterios de reparto entre las Administraciones Públicas de los objetivos de déficit derivados de la senda de consolidación fiscal fijada en el seno de la UE con la que estamos comprometidos'.

Rajoy dejó claro durante su multitudinaria comparecencia que, en todo caso, la propuesta se hará sobre los números de 2014, porque antes 'no sería bueno de cara a los mercados'. En suma, que las CCAA deberán cumplir en 2013 con el tope de desfase ya fijado: el 0,7% del PIB. Sin embargo, las autonomías socialistas entienden que no hay que esperar a cambiar el reparto a dos años vista, sino 'ya mismo'. Griñán recordó que España, de hecho, ya consiguió en este mismo 2012 una relajación de las condiciones por parte de la UE –se pasó del 5,3% al 6,3%, sin que ello supusiera trasladar esa manga ancha a las CCAA–, de modo que para el año próximo sería viable modificar el 0,7% marcado. De cualquier modo, 'la ley es la ley, y Andalucía siempre cumple las leyes, nunca es una discrepante legal, una insumisa'. López anduvo por los mismos derroteros que su compañero de filas: 'Es evidente que existe una discrepancia', dijo, 'porque era necesario hacer un reparto más justo y sobre todo más real', ya que las CCAA son las grandes prestadoras de servicios públicos. Pero, para aventar temores (y de nuevo como mensaje a los mercados), insistió: 'Quiero dejar manifiestamente claro que el compromiso que tenemos con Europa lo asumimos y lo cumpliremos'.

El PSOE enfatiza que el texto incluye la apuesta por la creación de empleo y el crecimiento

Las comunidades socialistas no son las únicas que se quejan del esfuerzo de pasar del 1,5% de este año al 0,7% de 2013. También lo hizo Catalunya y también sufren el peso del rigor las del PP. 'No descartamos que se cambie, pero no se puede mandar el mensaje a Europa de que cambiamos el objetivo de déficit, de que engañamos. Se cerraría aún más el grifo de los mercados', reflexionaba ante los periodistas un presidente conservador, quien añadía que en cualquier caso la relajación de las condiciones será objeto de un debate más sosegado y para más adelante. Se deja asimismo para otro momento el debate sobre el sistema de financiación autonómica: según el texto consensuado, corresponde al Comité Técnico Permanente de Evaluación analizar la aplicación del modelo e informar al CPFF, 'que tomará, en su caso, la decisión oportuna'. Este asunto suscitó una larga fricción entre dos barones socialistas: Griñán, partidario de comprobar ya 'cómo se aplica' el reparto de fondos, y Fernández, que creía necesario que no se trasladara la imagen de una reforma urgente. 

López remarca las 'diferencias manifiestas' con las políticas de recortes de Rajoy en el foro

Los socialistas sí enfatizaron que el texto resultante de la cumbre no es 100% obra de Rajoy. Griñán se declaró 'moderadamente satisfecho', López recordó que se mostró 'radicalmente en contra' de los recortes del Gobierno y de sus pretensiones recentralizadoras. Por la mañana, según un discurso filtrado a la prensa, el lehendakari había exigido al presidente que alzara 'la voz en Europa'

Otro motivo para la satisfacción comedida de los socialistas era, además, que el documento sí recoge, señalaron, demandas suyas, como la 'puesta en marcha de medidas a fin de favorecer el crecimiento y la creación de empleo', la defensa de la inversión en I+D+i y en educación, la necesidad de 'intensificar la colaboración y cooperación entre las CCAA y el Estado o la invitación a la reflexión sobre el sistema fiscal, para hacerlo 'más eficiente y equitativo'. En definitiva, analizaban que habían logrado convencer al presidente de que urge 'reorientar la política económica', sin fiarlo todo al reequilibrio presupuestario. 'Otra cosa es que lo haga', apostillaban desde Ferraz. Del modelo de Estado se habló de rondón. Los socialistas apoyaron un sistema federal 'cooperativo' y la reforma siempre pendiente del Senado. Pero no hubo debate sobre la cuestión.

PSOE y PP elogian que el president se atuviera el 'guión' y no aludiera a sus reivindicaciones

Todo apuntaba a que la estrella indiscutible de la jornada sería Artur Mas. Las cámaras se fijaron en él durante todo el día, desde su llegada, su saludo con el rey y el príncipe, sus miradas con Rajoy y con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. Pero al final, agua. Totalmente agua. El president de la Generalitat, según expresaron fuentes de su entorno, reivindicó que se rebajara la presión sobre las CCAA con el déficit y se hiciera un reparto más 'justo' del esfuerzo, aunque se sumó al acuerdo y ni mentó el pacto fiscal o la consulta soberanista que 'prioritariamente' se convocará la próxima legislatura. Él no contó su versión de la reunión –lo hará mañana miércoles en Barcelona, en el Palau de la Generalitat–, pero la que trascendió de labios de los presentes era totalmente coincidente: Mas no trajo a Madrid su carpeta de agravios sobre Catalunya. 

De hecho, todo fueron parabienes. Griñán destacó la actitud 'impecable' del jefe del Govern: 'No ha dicho nada que pudiera salirse del guión o de lo que quisiéramos conseguir'. En la misma línea, el extremeño José Antonio Monago alabó que se atuviese al 'orden del día'. Ignacio González, el nuevo presidente de Madrid, elogió su 'buen gesto' de querer trabajar 'todos unidos desde el respeto y el orden constitucional'. La castellano-manchega María Dolores de Cospedal se fijó en que Mas dejó 'bien claro' su compromiso con el déficit. Y hasta Rajoy reconoció que el líder del Govern se centró en el objetivo 'fundamental', el debate sobre la situación económica, sin distracciones. Mas ni siquiera entró al trapo de las provocaciones de varios barones del PP que incidieron en la defensa de la 'unidad de España' –así lo hicieron Monago, González o el castellano-leonés Juan Vicente Herrera–. No contestó. Mañana puede que lo haga desde Barcelona. 

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