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Rajoy cree que la eutanasia y el aborto no importan "a nadie"

El líder del PP acusa a los socialistas de agitar 'debates artificiales' para 'distraer la atención' de la crisis

JUANMA ROMERO

Mariano Rajoy demuestra querencia a una aseveración que presenta como compacta: el Gobierno socialista “equivoca las prioridades”. La empleó en la pasada legislatura cuando flagelaba a José Luis Rodríguez Zapatero por la memoria histórica, el Estatuto catalán o la política anti-ETA. La ha rescatado también en los últimos días, ahora a cuenta de la decisión del PSOE de promover una nueva ley del aborto, regular la muerte digna y profundizar en la laicidad.

El presidente del PP basculó este domingo sobre esa idea fuerza en la clausura del Campus FAES, sentado a la vera de José María Aznar. Desacreditó unas iniciativas que a su juicio no son más que “debates artificiales”, propuestas “que nadie reclama” y que buscan “de modo irresponsable divisiones artificiales para distraer la atención y con objetivos exclusivamente partidistas”. “No es bueno, en suma, ver al Gobierno desviado de lo que interesa a todos”, sentenció. Y lo único que interesa, rubricó, no es otra cosa que la crisis económica.

Rajoy no tuvo en cuenta las cifras comprometidas que lanzan encuestas coincidentes. Este mismo domingo, el barómetro de La Sexta reveló que el 55,5% de los españoles apoya una ley de plazos para el aborto y un 77%, una regulación de la eutanasia. En cambio, un 53,2% no avala la supresión de símbolos religiosos en actos oficiales o edificios públicos. En el recrudecimiento de la crisis, el PP ha hallado un filón. Los datos son “alarmantes” por mucho que Zapatero “falsease” la situación antes del 9-M.

Fue la reedición del “engaño” a los españoles que Rajoy ya usara en el pleno monográfico de economía el 2 de julio. Lo que hace falta, insistió ayer el líder del PP, es “coger el toro por los cuernos” y emprender reformas estructurales.

¿Cuáles? Las sabidas: impulsar la unidad de mercado, el ahorro energético, la “liberalización económica” y bajar “decididamente” los impuestos.

Con todo, es tiempo, dijo Rajoy, de “trabajar en la misma dirección”. Por eso volvió a ofrecer su “apoyo leal” a Zapatero. No es gratis: sólo si piensa “seria y responsablemente en los ciudadanos y sus problemas reales”. Si el Gobierno falla, el PP será la “solución” para los “desprotegidos”. Fue en ese eslabón donde Rajoy engarzó su autodefensa frente a Aznar: el PP, desde su congreso, quiere “renovar sus equipos y mejorar sus mensajes y propuestas”, siempre “desde la firmeza del respeto a sus principios y valores”. Por si acaso vivían las suspicacias.

José María Aznar se vigiló a sí mismo. Retornó a su credo del “estoy ya mudo” que proclamara en el congreso del PP en Valencia un día después de sacudir a Mariano Rajoy. Al echar el cerrojazo de Campus FAES 2008, picoteó de todos los temas abordados por la escuela de verano de la fundación que preside. El último, el conflicto lingüístico, que despachó sin asomo de tibieza: existe una “vulneración del derecho de todos los españoles a la lengua común” y, sobre todo, “la negación del bilingüismo en las comunidades controladas en las que la imposición cultural del nacionalismo dilapida el patrimonio común”. Para el ex presidente del Gobierno, 'se niegan los derechos de las personas a expresarse y educar a sus hijos como es su deseo”.

Rajoy, por el contrario, hizo una referencia muy medida: hay que exigir a los poderes públicos que los españoles sean “plenamente libres e iguales”. “Por ejemplo”, ilustró, “cuando nos asiste el derecho constitucional a hablar la lengua de todos, el castellano”.

Aznar halló sitio para ETA. Tenía lógica porque este domingo, 13 de julio, se cumplieron 11 años del asesinato de Miguel Ángel Blanco. Con Mari Mar, la hermana del edil popular, a su lado, el presidente de FAES volvió a reivindicar la buena política antiterrorista, ayudándose de Ingrid Betancourt: “Ha prevalecido el compromiso de derrotar al terror sobre los entusiastas del apaciguamiento” y los “defensores de atajos negociadores”. Aznar aludió a la franco-colombiana secuestrada por las FARC el día en el que José Luis Rodríguez Zapatero se reunía con ella en París.

Manuel Fraga es quien aún mantiene sin remilgos las hostilidades con el ex jefe del Gobierno después de que éste censurara a Rajoy en Telemadrid. En Soria, en un homenaje celebrado ayer al abogado Fermín Lucas, el presidente fundador del PP exigió a Aznar que se quede “fuera de la política”, ya que en su día “decidió dejar la actividad”, informa Europa Press.

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