Este artículo se publicó hace 13 años.
Rajoy pide al PP que no haga nada de lo que "tenga que avergonzarse"
El futuro presidente lo recuerda el día en que arranca el juicio de Camps. Reclamaa los suyos un esfuerzo de pedagogía ante los recortes del Gobierno que vendrán
Era un día grande para Mariano Rajoy. Le tocaba anunciar sus primeros cargos. Y hasta en ese momento la sombra del expresident de la Generalitat Francisco Camps sobrevoló la sala.
Fue cuando, durante su intervención ante la Junta Directiva Nacional, recordó a todos que su formación está ahora al frente de numerosas instituciones y que su primera obligación es "gobernar y hacerlo bien" para no defraudar la confianza de los españoles.
Designa por sorpresa a Jesús Posada en lugar de a Jorge Fernández
"Podemos cometer errores en ocasiones y equivocarnos como cualquier ser humano. Eso la gente lo puede entender. Pero no que se hagan cosas de las que tengamos que avergonzarnos", apuntó mientras en Valencia procedían a la selección del jurado para Camps por el caso de los trajes que le regaló la trama Gürtel. Rajoy reclamó "responsabilidad, sensatez y austeridad en el manejo del dinero público" y en "las actitudes, gestos y comportamientos".
No fue lo único. También pidió a los suyos que hicieran pedagogía para "explicar bien las cosas". "Es muy importante", resaltó. El futuro presidente del Gobierno no quiere ganarse el rechazo de la opinión pública nada más llegar al poder y es consciente de que todos los recortes y decisiones que adopte en los próximos meses pueden derivar en ello. Rajoy reconoció que los retos que se presentan no son "menores". "Tenemos que trabajar muy unidos para afrontar los problemas del conjunto", indicó. Confesó que se sentía "muy animado, equilibrado y, con muchas ganas" para ello. "Sé perfectamente donde estoy y a lo que me enfrento", reconoció.
Pero la noticia de más envergadura que tenía que anunciar Rajoy ayer eran los nombres de los próximos responsables de las Cortes. El pasado 6 de diciembre se celebró en el Congreso el 33º aniversario de la Constitución. Allí estaban Pío García-Escudero y el diputado catalán Jorge Fernández. Sus nombres circulaban en todas las quinielas para ocupar esos puestos y se dejaban fotografiar. El primero reacio. El segundo, convencido de que sería así.
Gallardón, Pastor y Pons, con más opciones de ser ministros
Rajoy confirmó lo de García-Escudero para el Senado. Y, por sorpresa, designó al exministro y expresidente de Castilla y León Jesús Posada para la Cámara Baja. Le llamó la noche anterior para comunicárselo. Dos veteranos. Todo en el máximo secreto y en el último minuto. A la salida de la sede nacional, Posada admitía que le había gustado estar en las cábalas. Rajoy puso énfasis en su "experiencia y arraigo en el partido". Los cargos conservadores se fueron del encuentro pensando que con esta selección quedaba despejado un poco más el camino para la composición del futuro Consejo de Ministros.
Algunos insistían en que si Fernández finalmente no había salido elegido era porque estaba destinado para otros menesteres. Al igual que Alberto Ruiz-Gallardón, Ana Pastor o Esteban González Pons, tres dirigentes que muchos habían imaginado al frente de estos cargos y que ahora parecen más cerca que nunca de alguna cartera en el Gobierno. Eso sí, tal y como Rajoy demostró ayer, sigue siendo tan "previsible" como él mismo se define.
El presidente conservador también propuso a José Manuel Barreiro como portavoz para el Senado y a Alfonso Alon-so para el Congreso. Lo llamó a primera hora de la mañana, apurando. Alonso es una de las personas de confianza de Soraya Sáenz de Santamaría que todo el mundo ve ya como mano derecha de Rajoy en la Moncloa.
Sostiene que aspira "al mayor acuerdo posible con los agentes sociales"
El reparto se completó en el Congreso con Celia Villalobos y Dolors Montserrat como vicepresidentas, y con Ignacio Gil Lázaro y Santiago Cervera como secretarios. En el Senado, Juan José Lucas permanecerá como vicepresidente segundo de la Cámara y también habrá continuidad en las dos secretarías con Ramón Rabanera y Matías Conde.
Todos lo aceptaron de buen grado. Nada que ver con hace cuatro años, cuando el liderazgo de Rajoy era cuestionado y muchos pusieron el grito en el cielo cuando se decantó por Santamaría.
En su discurso, Rajoy también aprovechó ayer la ocasión para exigir a sus compañeros "el mayor esfuerzo posible" para esta legislatura porque no va a ser "ni mucho menos fácil". Y pidió "máxima atención" al partido para que esté en los debates sociales. "Esto hay que preservarlo, mejorarlo y tenerlo siempre a punto", comentó.
Admite que en los Presupuestos tendrá que tomar decisiones difíciles
A continuación, Rajoy enumeró la agenda de su formación. En febrero, el XVII Congreso Nacional que contará con cinco ponencias y presidirá el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido. Precisamente la siguiente cita serán las elecciones andaluzas en marzo. El líder del PP prometió un respaldo "incondicional" a Javier Arenas. Era la primera vez que Rajoy realizaba su comparecencia en abierto desde el 20-N. Del calendario subrayó la fecha del 30 de diciembre, cuando se celebre su segundo Consejo de Ministros. "Entonces habría que tomar algunas decisiones importantes de cara al próximo año", dijo.
Control del déficitRajoy comentó que la semana pasada asistió a la cumbre del PP europeo junto a Angela Merkel y Nicolas Sarkozy y que allí se había tomado una decisión importante respecto al Banco Central Europeo que aliviará "la situación de las entidades financieras y el crédito". Y también al día siguiente, en el Consejo Europeo, donde se decidió recuperar algo que, recordó, ya figuraba en el Tratado de Maastricht: el compromiso de fijar un límite de déficit.
Explicó que este año tendrá que refinanciar la deuda pública y privada y "habrá que pedir mucho dinero prestado al exterior". Recordó que si el déficit es del 6% serán 60.000 millones de euros y si es del 7, 10.000 más, por lo que pidió hacer "los deberes en casa".
Para ello pondrá en marcha una serie de reformas. Entre ellas la laboral. Rajoy aseguró que aspira "al mayor acuerdo posible" entre los agentes sociales y el Gobierno. E hizo hincapié en la necesidad de reestructurar el sistema financiero. "Nuestras entidades tienen que devolver mucho dinero, más de cien mil millones el año que viene", sostuvo. El coordinador económico del PP, Cristóbal Montoro, admitió ayer que el Estado debe "asumir una parte de responsabilidad" a la hora de "enfocar" el saneamiento de los activos "deteriorados" en manos de las entidades y explicó que el PP baraja "fórmulas bastante más intermedias" que un banco malo.
Rajoy subrayó que es fundamental presentar pronto una propuesta de previsión de crecimiento porque condiciona "todo y a todos", fijar el techo de gasto para la Administración y aprobar los Presupuestos. "En estos tendremos que tomar decisiones importantes, difíciles, comprometernos y que se vea", anunció.
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